Los Ángeles. Ocho temporadas después y ya coronada como la producción más grande de la historia de la televisión, “Game of Thrones” se despide este domingo, parafraseando a Daenerys, entre el amor y el miedo- el deseo de sus fans de ver el final y su temor a que no esté a la altura de sus expectativas.
Con el sexto y último episodio de su octava temporada, que fue escrito y dirigido por los creadores de la serie David Benioff y D.B. Weiss, “Game of Thrones” concluirá una espectacular y ambiciosa historia de pasiones, amor, luchas, fantasía y traiciones que ha cautivado al mundo entero pero que todavía tiene bastantes cabos que atar en un capítulo final que durará 80 minutos.
Y es que el quinto episodio, “The Bells”, dejó semejante reguero de sangre y fuego que aún quedan muchas dudas sobre quién se sentará en el Trono de Hierro. (Advertencia para los que no llevan la serie al día este texto incluye a partir de aquí detalles relevantes de la trama).
La esperada batalla por Desembarco del Rey concluyó con la caída de los Lannister y la derrota final de la temible Cersei (Lena Headey) quien, no obstante, tuvo una emotiva y sentimental muerte junto a su hermano Jaime (Nikolaj Coster-Waldau), el hombre que la amó toda su vida.
Pero los titulares se los llevó otra mujer, Daenerys (Emilia Clarke), cuya evolución dramática en los últimos episodios ha motivado encendidos debates en las redes sociales y la prensa.
Daenerys representó, en gran medida, la liberación para Poniente y la esperanza en un nuevo reinado desde el Trono de Hierro y, aunque en su empeño no escasearon las matanzas y venganzas, este personaje se relacionaba sobre todo con virtudes como la compasión y la justicia.
Pero, lamentablemente para sus fans, parece que tanto vuelo a lomos de dragones le ha afectado a la cabeza, ya que, consumida por la inseguridad y el miedo a la traición, no tuvo reparos en arrasar Desembarco del Rey y asesinar a miles de soldados y civiles cuando la ciudad ya había hecho sonar sus campanas indicando que se rendía.