LOS ÁNGELES. “The Marvelous Mrs. Maisel” de Amazon se convirtió el lunes en la primera serie de streaming en ganar los principales premios Emmy a la comedia y “Game of Thrones” de HBO reconquistó el honor a la mejor serie de drama en una ceremonia que desairó ampliamente a su selección de nominados de mayor diversidad étnica en la historia.
“The Marvelous Mrs. Maisel”, la nueva comedia de Amazon sobre un ama de casa infeliz en los años 50 que se siente liberada al descubrir la comedia de stand-up, le mereció el premio a la mejor actriz cómica a su protagonista, Rachel Brosnahan.
Su compañera de reparto Alex Borstein también fue galardonada, y la creadora de la serie, Amy Sherman-Palladino, se alzó con los honores a la mejor dirección y guion.
Claire Foy de “The Crown” y Matthew Rhys de “The Americans” fueron nombrados mejor actriz y mejor actor de drama, respectivamente. Era la última oportunidad para ambos: el papel de Foy como la reina Isabel II pasará a otra actriz y la serie de Rhys terminó.
Foy superó entre otras a la ganadora del año pasado, Elisabeth Moss de “The Handmaid’s Tale”, y a Sandra Oh de “Killing Eve”, quien hubiera sido la primera actriz asiática galardonada en esta categoría.
“No se suponía que esto iba a pasar”, dijo Foy sobresaltada.
“Game of Thrones”, que no figuró el año pasado en los Emmy por un asunto de calendario, ganó pese a la competencia de “The Handmaid’s Tale”, laureada el año pasado.
“Gracias por permitirnos cuidar de tu gente”, le dijo el productor de ″Game of Thrones” D.B. Weiss al escritor George R.R. Martin, en cuyas novelas se basa el drama.
En una ceremonia que comenzó con una felicitación a los votantes de la academia televisiva por la selección de nominados más diversa que se haya visto en los Emmy, los primeros premios fueron todos para actores blancos.
“Volvámoslo tendencia: #EmmyTanBlanco”, dijo en chiste el presentador James Corden a mitad de la gala, haciendo alusión a un homenaje previo a Betty White.
“Quiero decir, seis premios, todos ganadores blancos, y nadie le agradeció aún a Jesucristo”, dijo el coanfitrión Michael Che haciendo referencia a un chiste que hizo más temprano de que solo los afroestadounidenses tienen esa costumbre.
Entonces Regina King rompió la racha al ganar el Emmy a la mejor actriz en una serie limitada o película hecha para TV por “Seven Seconds”, sobre un accidente automovilístico de un policía blanco con un adolescente negro.
A ésta le siguió Darren Criss, de ascedencia filipina, quien se impuso como mejor actor en una miniseries por “The Assassination of Gianni Versace”. El programa, por el cual estaban nominados el venezolano Édgar Ramírez, el puertorriqueño Ricky Martin y la española Penélope Cruz, se impuso como mejor serie limitada.
Thandie Newton fue galardonada como mejor actriz dramática de reparto por “Westworld”, y Peter Dinklage sumó un tercer trofeo a su colección por “Game of Thrones”.
Brosnahan usó su discurso de aceptación para elogiar la celebración de la serie al poder de las mujeres.
“Se trata de una mujer que encuentra su voz de nuevo, y es una de las cosas que está ocurriendo en todo el país ahora”, expresó. Y exhortó a los espectadores a ejercer ese poder votando.
Bill Hader recibió el premio al mejor actor cómico por “Barry”, una comedia oscura sobre un asesino a sueldo que se tropieza con la posibilidad de convertirse en actor.
Henry Winkler, también conocido como “The Fonz”, se impuso como mejor actor de reparto en una serie de comedia por “Barry”, cuatro décadas después de haberse hecho famoso con su papel en “Happy Days”.
“Si te quedas suficiente tiempo en la mesa, las patatas llegan a ti. Hoy me toca limpiar la mesa”, dijo un animado Winkler ante un auditorio que lo ovacionó de pie. Y a sus hijos les dijo: “Ya pueden irse a dormir, ¡papi ganó!“.
El premio a la mejor serie de variedades y comedia fue para “Saturday Night Live”.
Los Emmys tuvieron un momento dramático de la vida real cuando el director ganador Glenn Weiss, tras decir que su madre murió hace dos semanas, le propuso matrimonio a su novia, Jan Svendsen.
“¿Te preguntas por qué no quiero llamarte mi novia? Es porque quiero llamarte mi esposa”, dijo Weiss y Svendsen le respondió que sí. Él le puso en el dedo el anillo de su madre y la multitud estalló en vítores.
John Oliver, al aceptar el trofeo al mejor programa de tertulia de variedades por “Last Week Tonight”, le agradeció a la novia de Weiss por dar la respuesta correcta. De lo contrario, bromeó, toda la ceremonia habría caído en picada.
Los Emmy comenzaron con una canción titulada “We Solved It” (lo solucionamos), una celebración a la diversidad interpretada por estrellas que incluyeron a Kate McKinnon, Kenan Thompson y Ricky Martin. El tema hizo mención a que Oh podría ser la primera mujer de origen asiático en ganar un Emmy. “No había ninguna, ahora hay una, así que estamos listos”, cantaron los comediantes.
Oh les siguió la corriente desde su asiento: “Gracias, pero es un honor el solo hecho de ser asiática”, dijo la actriz coreana-canadiense,
El creador de “Saturday Night Live” Lorne Michaels, quien produjo sus segundos Emmy en 30 años, tenía la tarea de darle un vuelco a los ratings luego que la audiencia de 2017, de 11,4 millones, estuvo a poco de establecer una nueva marca como la emisión menos vista de estos premios.
La ceremonia claramente llevó su sello, con Che y Colin Jost como anfitriones y otros rostros familiares de “SNL”, como Kate McKinnon y Alec Baldwin, entre los presentadores y los nominados. La longeva serie de NBC, que ya tenía un récord de 71 Emmys, volvió a ganar este año.
Michaels estaba bajo presión porque NBC y otras cadenas dependen cada vez más de las premiaciones y otros eventos en vivo para atraer espectadores distraídos por los servicios de streaming y otras opciones del siglo XXI. Las cadenas, que se van rotando la transmisión del Emmy, ansían los ingresos que estos premios generan en publicidad y el valor promocional para su programación de otoño, mientras comparten el escenario con sus rivales de internet.