Gana lotería y luego aparece muerto
A los 13 años fue arrestado por robo en un negocio

<STRONG>Gana lotería y luego aparece muerto</STRONG><BR>A los 13 años fue arrestado por robo en un negocio

LAKELAND, Florida. AP. Cuando ganó 30 millones de dólares en la lotería en el 2006, Abraham Shakespeare, un ex convicto que apenas podía leer y escribir, posó con un cheque gigantesco y aseguró que el dinero no lo cambiaría.

Tres años después, apareció muerto, en un bloque de cemento detrás de la casa de una amiga.

La amiga, –Dorice «DeeDee» Moore– ha sido descripta por la policía como una «artista del embauque», pero afirma que no lo mató. Fue acusada de ayudar a esconder el cadáver. No hubo otros arrestos. Los detalles de la muerte de Shakespeare son un misterio. La forma en que despilfarró su fortuna no.

Shakespeare empezó a dilapidar pilas de billetes a los pocos días de ganar la lotería, según los investigadores del Polk County, donde el hombre, quien tenía 43 años al morir, nació y vivió una vida plagada de problemas. A los 13 años fue arrestado por robar en un negocio de comestibles. Estuvo en un reformatorio para juveniles hasta que fue liberado a los 18 años.

En la década siguiente fue detenido varias veces por una cantidad de infracciones, incluida una agresión a su novia que lo llevó nuevamente a la cárcel. Fue liberado en 1995 y se fue a vivir con su madre. Trabajaba en lo que podía y fue desde recolector de basura hasta lavaplatos. Fue despedido muchas veces y en otras ocasiones se fue por su cuenta. En un documento legal trató de explicar por qué. «Un día me desperté con un poco de dinero en el bolsillo y me dije, ’no voy a trabajar’. Era joven e inconsciente», manifestó. Tuvo otra novia, que le dio un hijo. Se pelearon y quedaron en malos términos.

Hubo varias órdenes judiciales que le impedían acercársele a ella. Fue arrestado nuevamente en octubre del 2006 porque adeudaba 6,000 dólares de los pagos para la manutención de su hijo. Al salir de la prisión, Shakespeare retomó un trabajo como ayudante de un camionero que repartía mercancía en restaurantes de comida rápida. Cobraba ocho dólares la hora cargar y descargar la mercancía. Un mes después de ser excarcelado, el camionero al que acompañaba, Michael Ford, hizo una parada en una tienda de comestibles en un pueblo de la Florida llamado Frostproof durante un viaje a Miami.

Compró una gaseosa y le preguntó a Shakespeare si quería algo. Shakespeare tenía cinco dólares en el bolsillo. «Cómprame dos boletas de lotería, a lo que salga», le pidió. Eso fue un miércoles 15 de noviembre. El miércoles Shakespeare estaba en Tallahassee, sosteniendo el enorme cheque. Los primeros indicios de problemas llegaron al día siguiente, cuando Ford se presentó en la casa de Shakespeare para ver si le podía prestar algún dinero. Shakespeare decidió quedarse con todo el dinero de una vez en lugar de recibir 1,5 millones de dólares por año durante dos décadas. A los pocos días, un hombre que nunca había tenido una cuenta bancaria recibió unos 17 millones de dólares En noviembre del 2006 Shakespeare fue una especie de Santa Claus de Lakeland.

Le daba 5,000 dólares a uno, le prestaba 10,000 a otro. A su padrastro le dio un millón de dólares. El que amigos, parientes y extraños se aprovechasen de Shakespeare no es ninguna sorpresa para las personas que asesoran a gente que gana la lotería. «Nueve de cada diez personas no saben manejarse», afirmó Don McNay, quien ha escrito  libros con historias de horror.

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