Recorrido por las diferentes calles de Santo Domingo donde las personas casi en su totalidad usan sus macara , en foto : los habitantes con sus macaras HOY Duany Nuñez 16-5-2020
Neulyn gonzález
n.gonzalez@hoy.com.do
Pese que las mascarillas se han vuelto indumentaria habitual de los capitaleños, el mal uso de éstas cada vez es más frecuente en agrupaciones de personas en espacios públicos, como parques o aceras.
Aunque los contagios y muertes por covid-19 no paran de crecer en el Gran Santo Domingo, en lugares de recreación como el parque Enriquillo decenas de personas estaban reunidas ayer en la mañana y conversaban con las mascarillas abajo de sus bocas. El distanciamiento físico era, en la mayoría de los casos, menos de un metro entre individuos del mismo grupo.
Algunos empleados del Ayuntamiento del Distrito Nacional que pintaban los columpios del parque tampoco utilizaban mascarillas mientras que otros sí lo hacían.
A escasos metros de este parque, gran parte de los transeúntes que caminaban por las aceras de la avenida Duarte y quienes esperaban en filas para ingresar a los negocios llevaban sus mascarillas de forma adecuada.
En las filas para entrar a bancos e instituciones públicas también era común observar que las personas portan sus mascarillas correctamente. Sin embargo, no era extraño ver que una o dos personas en la hilera no llevaran puesta ninguna clase de mascarilla.
Las limitaciones de espacio en las instalaciones de estas entidades en muchos casos ocasiona que los visitantes no puedan mantener el metro de distancia entre ellos.
Otro de los espacios públicos donde se ha extendido el uso “a medias” de las mascarillas son los mercaditos como el de la calle 10, entre el Ensanche Espaillat y el Ensanche Simón Bolívar, sitios en los que tanto vendedores como compradores utilizan las mascarillas dejando la nariz descubierta.
Este comportamiento también se puede percibir en los grupos de personas, ya sea de amigos o familiares, que estaban sentados en las aceras de los sectores Mejoramiento Social y María Auxiliadora, así como en las personas que trabajan cerca de las calles, como los mecánicos y comerciantes.
Desescalada y relajamiento. A medida que el Poder Ejecutivo ha levantado las limitaciones a las actividades comerciales, cada día se percibe un aumento en la cantidad de personas y negocios que parecen haber vuelto a la normalidad anterior a la pandemia del coronavirus.
Al respecto han surgido voces que recomiendan a la población no “relajar” las medidas de prevención para frenar los contagios de la enfermedad covid-19.
La desescalada que implementa el Gobierno es un plan de cuatro fases que contempla una reactivación gradual de la economía, con limitaciones, de acuerdo a cada etapa específica, en los tipos de negocios que pueden operar y la cantidad de empleados que pueden trabajar de forma presencial.
Esta reapertura incluye en todas sus etapas el distanciamiento físico, evitar aglomeraciones, el lavado de manos y el uso obligatorio de mascarillas, tanto en el trabajo, las calles o lugares públicos.