Todos saben hoy que la plancha “Generación Social”, encabezada por Wanda Sánchez, venció  por amplio margen, en las elecciones de las cronistas sociales recién concluidas; pero la verdadera ganadora ha sido  la ADCS.

El proceso fue, a mi juicio, el más transparente, solidario, respetuoso y profesional que haya  realizado la entidad desde sus inicios, lo que significa que vamos avanzando y fortaleciendo la institucionalidad.

Felicito a Judith Ravelo, quien dio una muestra de madurez, de respeto y de apego a lo institucional  que deberá servir para que las viejas generaciones de la ADCS repensemos el papel de la nueva generación de cronistas sociales. Con el triunfo de “Generación Social” me sentí orgullosa de ser parte de un proyecto creado por y  para las mujeres, y que me perdonen mis amigos Florentino, Eusebio, José Bautista, Juan Tomás, Francisco y los otros que forman parte de una matrícula de 125 personas, en las que las mujeres  somos más del 90 por ciento.

Siendo la presencia femenina en la ADCS tan alta, su participación en los procesos comiciales se da de manera obligatoria y sin responder a lineamientos de género ni equidad, pero esto no significa que tengamos la sartén por el mango en lo que respecta a la ejecución de una gestión que propulse  el bienestar de la mayoría. Y ni siquiera ha sido por falta de intención. Simplemente los recursos económicos a entidades que subsisten gracias al apoyo de unos cuantos, no resultan suficientes  para lograr cambios importantes, por lo que se hace necesario asumir nuevas estrategias dirigidas a  alcanzar los planes y proyectos presentados.

Creemos que la Junta Directiva que aún está vigente, y que encabeza Yenny Polanco, dejó caer  semillas en tierra fértil, que será abonada y que fructificará en la próxima gestión encabezada por Sánchez y en la que, esperamos, participe de manera intensa Ravelo, un activo valioso de la ADCS  que debe ser aprovechado. El voto masivo, solidario y comprometido de la mayoría muestra un interés de cambio que “Generación Social” no puede ni debe obviar.

El compromiso con la transformación de nuestra vida  gremial debe tornarse en estos próximos dos años en una inevitable realidad. Así lo creemos y trabajaremos para eso.