Ganancias billonarias dejan a S&P 500 fuera de alcance de Fed

Ganancias billonarias dejan a S&P 500 fuera de alcance de Fed

Si hemos aprendido algo después de 21 meses de ajustes de la Reserva Federal de Estados Unidos, es que US$1 billón al año en ganancias empresariales proporciona un formidable amortiguador al S&P 500.
¿De qué otra forma explicar la capacidad del mercado bursátil de ignorar cuatro aumentos de la tasa de interés y subir a niveles récord, un hito que podría sacarse a relucir esta semana en las reuniones de Jackson Hole, Wyoming?

Los bancos centrales ajustan, la tensión política aumenta, las valuaciones suben… y el mercado se desliza sobre una de las bases de ganancias más fuertes de que se tengan datos.

No es así como los inversores pensaron que serían las cosas, al menos no hace dos años, cuando el temor respecto del retiro del estímulo hizo caer el S&P 500 en dos correcciones del 10 por ciento cada una.
Ahora la tasa de fondos de la Fed en realidad sube, y las acciones están casi un 20 por ciento más altas que entonces.

La explicación reside en las ganancias, cuya capacidad de subir 10 por ciento por trimestre proporciona un constante flujo de efectivo a las compañías y eclipsa el atractivo de otras clases de activos.
Impulsado por la generosidad del banco central, el rendimiento de las ganancias del S&P 500 sigue superando por amplio margen lo que puede obtenerse en el mercado de bonos, y la brecha entre ambos está cerca de su mayor nivel este año.

Hay una diferencia de 2,6 puntos porcentuales entre el ingreso del S&P 500 expresado como porcentaje del precio –actualmente un 4,8 por ciento- y el rendimiento de 2,2 por ciento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años.
Lo mismo puede decirse de los dividendos, ya que más de 200 empresas ofrecen más dinero que el mercado de bonos.
Los rendimientos de los bonos tienen que recorrer un largo camino antes de empezar a restarle atención al atractivo de las acciones, según Connor Browne, administrador de cartera de Thornburg Investment Management en Santa Fe. Browne considera que un rendimiento “más cercano a 5 por ciento” del valor de EE.UU. a 10 años es un nivel al cual los inversores podrían cambiar acciones por bonos.

“Si se piensa en la futura generación de flujo de efectivo en acciones no hay que descontarla tanto porque las tasas de interés están muy bajas”, dijo Browne por teléfono.
Las ganancias altas y los rendimientos de dividendos “son muy importantes. Cuesta pensar a qué otro lugar se podría ir”.

Los lánguidos rendimientos de los bonos suavizan el impacto de un endurecimiento de la política: el bono del Tesoro a 10 años no ha variado desde 2015. Esa combinación hace que las ratios precios-ganancias del S&P 500 resulten imbatibles desde la caída de las puntocom.

“Ha sido una conjunción de cosas”, dijo por teléfono Chris Harvey, jefe de estrategia de acciones de Wells Fargo. “Demasiados dólares en busca de muy pocos activos, mayor transparencia de la Fed, la estabilidad del PIB y una mejora de los elementos fundamentales en tanto pasamos de una contracción de las ganancias a la mejora y el crecimiento”.

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