Garzón, un juez en aprietos

Garzón, un juez en aprietos

De joven, Baltasar Garzón trabajó en una gasolinera para pagar sus estudios de derecho. Décadas después, siendo juez, la emprendió contra personajes como Augusto Pinochet y Osama bin Laden.  

Ahora, el ascenso meteórico de Garzón está siendo eclipsado por una caída en desgracia igualmente espectacular.   Es un cambio de fortuna que podría hacer a un lado a uno de los principales impulsores de la noción de una jurisdicción universal, el concepto de que algunos delitos son tan graves que pueden ser juzgados en cualquier país.   Garzón espera un juicio que podría poner fin a su carrera, acusado de rebasar a sabiendas su autoridad al investigar atrocidades de la Guerra Civil Española abarcadas en una amnistía.

 MADRID. AFP. El juez español Baltasar Garzón rechazó ayer las acusaciones en su contra por presuntas escuchas ilegales ordenadas en el marco de una investigación por corrupción al conservador Partido Popular, indicaron los abogados de los querellantes.  Este es uno de los tres casos abiertos en el Tribunal Supremo contra el juez por los que puede ser sancionado con una suspensión temporal o una pena de inhabilitación.

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