Gasolina adulterada… Y

Gasolina adulterada… Y

El cuento de caperucita roja
Los problemas de la gasolina es uno de los temas que en la actualidad ocupan la atención de los titulares de los periódicos, de los expertos en el tema y hasta de los que no son. Sin entrar en detalles que han surgido a la luz en relación al tema, y en vista de las dudas que han surgido en la opinión pública en torno a las averías sufridas por una gran cantidad de vehículos (millares) que repostaron gasolina en los distintos expendios del país, intentaremos destacar algunos puntos esenciales de la razón del enigma, procediendo a un análisis de los problemas causados, y de las posibles causas y razones que lo provocaron; esto en el afán de despejar dudas.

Conozca la gasolina

Hidrocarburo alifático saturado. ¿Con qué se come eso? No se come, se le echa al depósito de gasolina del carro y sirve para que el motor arranque y el vehículo ruede.

La que conocemos como gasolina es un derivado del petróleo y su número de octanos original es aproximadamente de 76. El octanaje indica la presión y temperatura a la que puede ser comprimida la mezcla de aire y combustible sin auto-encenderse.

El índice de octano de una gasolina se obtiene por comparación del poder detonante de la misma con el de una mezcla de iso-octano y heptano. Al iso-octano se le asigna un poder antidetonante de 100 y al heptano de 0. Una gasolina de 91 octanos se comporta, en cuanto a su capacidad antidetonante, como una mezcla que contiene el 91% de iso-octano y el 9% de heptano.

Muchos conductores creen que cuanto mayor sea el número de octano de la gasolina que utilizan, mayor será la potencia y mejor el funcionamiento. Simplemente falso. El valor de octano del combustible no tiene ninguna relación con la potencia. El número de octano de un combustible es simplemente una descripción numérica de su capacidad para resistir al autoencendido.

El Octanaje

Ahora, cualquier combustible que se utilice en un motor de combustión interna reciente, debido a su relación de compresión, deberían de tener entre 86 y 95 octanos. Para lograr ese octanaje las gasolinas requieren la adición de compuestos antidetonantes cuya función es vital para el correcto funcionamiento de la maquina, pues retardan la explosión espontánea del combustible por efecto de las altas presiones y temperaturas, hasta que se produzca la chispa en la bujía. Sin los aditivos que elevan el octanaje la explosión no es retardada efectivamente y el motor comienza a ‘pistonear’, que no es más que el encendido prematuro del combustible, que trata de frenar el pistón o impide que el motor se apague completamente al cortar el suministro eléctrico desde la llave del encendido.

Para incrementar la calidad de la gasolina y el respectivo octanaje se utilizan diversos componentes químicos. En pasado, cuando la gasolina con plomo estaba vigente el más conocido era el Tetraetilo de Plomo, producto del cual se han formulado tantas críticas por los efectos nocivos que tiene para la salud y el ambiente. En ese entonces la gasolina normal (con bajo contenido de plomo) era apta para motores de baja compresión. Mientras que los motores de elevada relación de compresión y que desarrollaban altas revoluciones necesitaban una gasolina (súper) de elevado contenido de plomo.

Hoy en día para las menos contaminantes gasolinas “verde”, sin plomo, se utiliza un antidetonante que puede ser MTBE (Metil Terbutil Eter) o TAME  (Ter Amil Metil Eter). Ambos productos son compuestos a base de éteres cuyos subproductos del proceso de combustión siguen siendo tóxicos si no son quemados en su totalidad durante el proceso de combustión. Pero, en los vehículos diseñados y equipados para utilizar este tipo de combustible esas sustancias son eficazmente removido por el conocido convertidor catalítico y por la recirculación de gases de escape al motor.

En el caso de nuestro país, y dadas las características del parque automotor nacional, la gasolina sin plomo deberían de contener un % de MTBE o TAME en concentraciones menos elevadas de lo normal, lo cual debería de ser bastante bajo al compararse con los niveles de hasta 15% de volumen de algunas gasolinas que se consumen en Estados Unidos y Europa.

Además en nuestros talleres, visto la falta de legislación y de adecuados controles, a la primera oportunidad reemplazan el convertidor catalítico con normales silenciadores y tubos de escapes, así que el daño ambiental y la salud de los ciudadanos es aún mayor que utilizar la gasolina con plomo.

Daños de bombas

Analizando el problema que han sufrido desafortunados consumidores, que al repostar gasolina se encontraron con que se les dañaba el auto, la falla más común es debido a que se les dañó la bomba del combustible. El extenso problema ha causado un caos generalizado en concesionarios, talleres y repuestos. El problema es tan grande que muchos conductores deberán de esperar el suministro del repuesto desde el exterior debido a que se acabó en el país el recambio de su modelo de auto. Y aún la responsable declaración del secretario de Industria y Comercio que aseguró que la refinería rembolsará en su totalidad el coste de reparación de los autos involucrados, la perdida de tiempo de los damnificados, y la molestia de estar sin vehículos por días, amerita una investigación que señalice a la sociedad el responsable o los responsables de este embrollo.

Analizando el problema

Desde varias décadas es común utilizar bombas de alimentación sumergidas en los tanques de combustible. Esta situación conlleva que la nombrada bomba sea protegida da eventuales adulteraciones solo por un filtro cedazo muy poco eficaz en caso de impurezas en los combustibles.

Ahora, ¿que es lo que podría dañar una bomba de combustible?. Pocas son las causas capaces de averiar un elemento fabricado para durar años sin dar problemas.

Por las explicaciones proporcionadas a medios y prensa parecería que se debió a un error en el despacho al suministrar gasolina de un tanque que no había sido tratado con los adecuados aditivos necesarios al buen funcionamiento de los motores. Pero los que conocemos del funcionamiento mecánico de un auto (dado que estudiamos para eso) es conocido que por falta de aditivos una bomba de combustible no está sujeta a dañarse. En estas condiciones el problema sería de un pistoneo muy acentuado llegando hasta perforar los pistones. Pero sin duda la bomba seguiría seguramente funcionando y no estaría sujeta a dañarse.

Ahora, tomando como hipótesis que la refinería se hubiera equivocado introduciendo un producto muy agresivo en el combustible que dañara los distintos elementos que componen la bomba con consecuente tranque de la pieza, a este punto el daño sería catastrófico y el inconveniente para el vehículo aún mayor. El problema causaría también el deterioro de otras piezas del sistema de distribución de combustible como inyectores, líneas de alimentación, mangueras y demás elementos de la alimentación de combustible al motor, situación que según algunos mecánicos y técnicos interpelados no ocurrió. 

Ahora, si es así la cosa, ¿que podría haber causado la masiva avería de las bombas de gasolina?. La causa más común, y en este caso la más lógica, de rotura de una bomba de combustible, es la entrada de elementos sólidos que tranquen la bomba. Y según los mencionados mecánicos y técnicos, al desarmar el tanque de combustible, su interior contenía una maloliente mercocha de color oscuro con una arenilla muy similar a escorias de oxido color marrón. Si ha sido esa la situación encontrada al desarmar el tanque de combustible de los autos dañados, se tiene seguramente la causa que ha provocado el colapso funcional de las bombas de gasolina.

Ahora si, el daño provocado amerita que nuestras autoridades investiguen bien sobre los eventuales responsables, claro está dándonos informaciones lógicas del problema ya que muchas de las razones y remedios expresados suenan a cuento de caperucita roja, y les aseguro que ya ni los niños creen los cuentos sin fundamentos.

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