Gasto presupuestario revelador

Gasto presupuestario revelador

La Dirección General de Presupuesto publicó la pasada semana el desempeño de los gastos gubernamentales durante el mes de abril. Y el mismo confirma el patrón de comportamiento que ha mantenido la actual administración durante sus años de dirección gubernamental.

Ese patrón de comportamiento revela el por qué el país padece ya los severos embates de la crisis mundial de la economía, aparte de la gripe AH1N1, ya que localmente hay una parálisis severa en las actividades productivas y comerciales incidiendo en un incremento del desempleo.

En el mes de abril solo se destinaron para gasto de capital $695.5 millones y para transferencia de capital se destinaron $981.8, los cuales sumados representan a penas el 7,8% de los ingresos mensuales.

Lo anterior revela de cómo la balanza presupuestaria se inclina hacia los gastos corrientes, en donde la nómina de empleados afecta las otras áreas, ya que el gasto social hábilmente manipulado, contribuye a adhesiones políticas. El que el 62,2% de los ingresos mensuales se van por un desagüe improductivo para el desarrollo humano, apenas sirve para amortiguar las carencias de un sector, en que la pobreza domina sus acciones.

El hecho de que la economía se encuentre estancada, por la queja generalizada del desempleo y pocas ventas, revela de cómo la equivocada aplicación del ingreso presupuestario oficial no estimula la industria de la construcción, que como se sabe es el motor que mueve el desarrollo y a las economías de las naciones, atrayendo la mano de obra ociosa.

Un gran dinamismo de las obras públicas ocurrió en la década del 70 del siglo pasado cuando el gasto de capital representaba más del 75% de los ingresos mensuales del presupuesto en los tiempos aquellos de las administraciones de los 12 años del doctor Balaguer.

Tan solo durante los 22 años de gobierno del doctor Balaguer fue que el gasto de capital constituía más de la mitad de los ingresos mensuales del gobierno. De esa forma se pudo consolidar una economía que anualmente registraba índices de crecimiento superiores al 7% anual. Así el país pudo crecer y sacudirse de parte de su atraso y de pobreza. El país pudo pavonearse ante el mundo como una pequeña nación comparona en vías de desarrollo y sumamente progresista, por delante de otros países similares.

Los gobiernos de los dos partidos fundados por el profesor Juan Bosch, arropados del mesianismo social, pero deseosos de agenciarse una amplia base de apoyo popular, se olvidaron de la importancia de la industria de la construcción, prefiriendo incorporar a millares de seres humanos a las nóminas oficiales para medrar a la sombra del presupuesto.

Los gastos de capital para el criterio del PLD es secundario con relación al social. De ahí el escaso dinero para obras se ha reducido notablemente, con el peculiar criterio de dedicarlo a las megas obras, dejando al abandono centenares de otras obras, afectando la economía de las poblaciones donde se ejecutan. Al darle énfasis al gasto social este devora mensualmente más del 70% de los ingresos. Estos han mermado en un 9,2% y la crisis económica mundial ya impacta con fuerzas en las actividades productivas y sociales de la nación.

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