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El gasto público agropecuario ha bajado de 7.9% del presupuesto a 2.2%, lo que lo coloca en un nivel que no es acorde con la importancia del sector, advierte un estudio presentado el jueves por la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD).
El estudio indica que esa reducción, según cifras para el período 1995-2008, ha afectado negativamente la generación y transferencia de tecnología al productor agropecuario y a los programas de sanidad e inocuidad.
El estudio explica que las debilidades en innovación, sanidad vegetal y animal y apoyos para la comercialización internacional, han condicionado desfavorablemente a la producción y, en particular, han evitado hacer un uso más eficiente de los sistemas de riego.
Además cuestiona que la inversión pública, que ha representado un 7.5% del gasto total del gobierno central, se ha concentrado principalmente en obras físicas de riego, lo que ocasiona que en algunas cadenas agroindustriales la incorporación de tecnología sea mínima. El estudio presume, ya que no se cuenta con datos, que la inversión privada tampoco ha sido muy significativa.
También plantea que la inversión extranjera ha sido muy escasa.
Dice que aunque la inversión extranjera directa en el período 1995-2008 ha experimentado un aumento extraordinario, en promedio anual de 16%, para el sector agropecuario ha sido insuficiente o casi nula, constituyendo menos del 1%, debido a circunstancias de baja rentabilidad y riesgo. Esto se produce en un entorno en el que el capital humano rural es débil y afectado por migraciones.
El estudio señala que el capital humano que debería ser la principal riqueza del país alcanza niveles de analfabetismo de 11% en las áreas rurales.
También indica que la población económicamente activa (PEA) rural es 32% de la total y el sector agropecuario absorbe 14% de la población ocupada total.
La participación femenina en la población económicamente activa rural es muy baja, solamente alcanza un 10%.
Alrededor de 2.2 millones, 25% de la población en el medio rural, padecen de hambre. En el 2006, la desnutrición crónica infantil fue de alrededor de 7%, mayor en niñas y, en las áreas rurales, alcanzó un 8%.
La población rural mal alimentada tiene escasas posibilidades de contribuir a la modernización productiva y a incrementar la competitividad. Los indicadores de pobreza son dramáticos, alcanzando a un 47% de la población rural.
El estudio señala que los precios han sido declinantes y volátiles. Los ingresos de los productores fueron bajos. Desde 1995 hasta 2008, el índice de precios internacionales de los productos de exportación solamente se incrementó en un 3%.
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Altos costos para la agropecuaria
Los costos en ascenso afectan la rentabilidad agropecuaria. Los precios de los fertilizantes e insecticidas, así como del transporte han tendido a elevarse, ocasionados por las depreciaciones cambiarias del dólar y el alza del petróleo. Entre 1995 y lo que va del 2009, se han incrementado la urea, el potasio en un 15% y el fosfato 11%. Con ello se ha presentado una reducción de prácticas fito y zoo sanitarias y del uso de agroquímicos y semillas mejoradas.
