Gasto público: gasto corriente vs. Inversiones

Gasto público: gasto corriente vs. Inversiones

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POR EDUARDO TEJERA

Balaguer regresó en 1986 debido a la falta de coherencia del PRD y sus Candidatos. El Gobierno aumentó la inversiones públicas, pero con crédito de suplidores y emisiones inorgánicas acumuladas en tres años de más de RD$ 16,500 millones, una cifra grande para la época, que rompió con toda estabilidad macroeconómica.

Los años 1987 al 1990 fueron todos de alta inflación, devaluación de la moneda de RD$ 2.80 por dólar a RD$ 12.80 en cuatro años, emisiones monetarias que causaron un desborde del déficit fiscal y de inflación de 41 % en 1988, 86 % 1989 y hasta el 106.0 % en 1990. Ya para el 1990 existía un caos y el país estuvo al borde de un colapso económico, desbastacimiento y escasez de productos y apagones de quince horas diarias. Pero Balaguer con las emisiones monetarias volvió a invertir 70 % del Presupuesto en obras de infraestructura y volvió a dedicar alrededor del 30 % al gasto corriente, con lo que se deterioraron todos los servicios, aumentaron las huelgas, los salarios reales se fueron al suelo y el descontento fue general.

Después de la crisis electoral de 1994 y las elecciones de 1996 emergió al poder el primer Gobierno del PLD, con el Dr. Leonel Fernández como joven y talentoso dirigente. El PLD siguió la tradición liberal, emprender reformas estructurales, aumentar los salarios, aumentar y las nóminas del Gobierno, incrementar el gasto corriente y reducir el gasto de capital. Volvió a invertirse la fórmula del gasto del Presupuesto Nacional, 30 % más o menos para obras físicas y 70 % para gastos corrientes, pero ahora principalmente en subsidios a la tarifa eléctrica, al gas licuado, al transporte público y la seguridad social. Pero el PLD mejoró grandemente la institucionalidad, el sistema Judicial, mejoró los servicios públicos de aduanas, rentas internas, salud y educación de los bajísimos niveles del Gobierno de Balaguer. Leonel Fernández realizó un nuevo estilo de Gobierno y le dio prioridad a las activos intangibles de la sociedad, como debe ser de un partido socialdemócrata, en cualquier de sus versiones y nombres.

Los sucesos del Gobierno del PRD versión Hipólito Mejía son bien conocidos. Realizó dos reformas fiscales para aumentar los impuestos, pero igual aumentó el clientelismo político, el gasto superfluo, aumentó al triple el pago de intereses, duplicó la deuda externa que llevó de US$ 3,600 millones a US$ 7,600 millones en cuatro años y cambió negativamente el perfil de la deuda externa, convirtiéndola más cara al ser de bancos comercial y de bonos soberanos, no de Organismos Internacionales. Emitió dos series de Bonos Soberanos por un monto de US$ 1,100 millones, para aumentar la inversión pública y financiar el déficit presupuestario del 7% del PIB que generó su Gobierno. Igual, el Presupuesto Nacional en promedio invirtió cerca del 25 % y menos en inversiones de capital y más del 75 % en gastos corrientes, pero esta vez en nuevas partidas de gastos extraordinarios, como subsidios eléctricos, gas licuado, pago intereses de la deuda externa, salvataje del colapso bancario fraudulento del 2003, y una nómina que su propio Gobernador del Banco Central definió que habían más de 125,000 nominillas o botellas improductivas.  El Gobierno del presidente Mejía concluyó en una grave crisis económica y social, hasta el punto que el PIB real cayó en 20 % en 2003-04 y el desempleo llegó al 19.8 %, el más alto en los últimos cuarenta años.

Desde que regresó al poder el presidente Fernández tuvo primero que darle prioridad a recuperar la estabilidad macroeconómica debido a los enormes pagos de intereses de la deuda interna y externa y los subsidios por el altísimo precio del petróleo internacional, lo que significó tener un poco margen y dinero para inversiones públicas, salvo el sistema de transporte colectivo urbano del tren llamado el Metro, que ha sido muy polémico en el país. El Metro es un ambicioso proyecto de obras públicas, podrá tener personas que lo apoyen y otros que lo detracten, pero lo cierto es que por el Metro la política económica no se ha desviado, ni se ha roto la estabilidad macroeconómica. Al revés, hay total estabilidad cambiaria en tres años e inflación de menos del 5 %. Este año se proyecta terminar con cero déficit fiscales, pese que por la grave herencia del PRD en el 2004, el cuadro económico y financiero de la nación es mucho más complejo y difícil.

Por ejemplo, para el 2006, los gastos totales de Gobierno ascendieron a RD$ 203,511  millones, de los cuales el 76 % se dedicaron al gasto corriente y solamente el 24 % al gasto de capital en obras. Dentro del total de gastos corrientes de RD$ 155,000 millones, se distribuyeron así: un aumento de 39 % en gastos de servicios no personales, para ascender a RD$ 12, 231 millones; un aumento de 21 % en pago de intereses de la deuda pública que alcanzó a RD$ 16,073 millones del cual el 74 % corresponden a deuda externa; las transferencias corrientes a otras empresas del Estado aumentaron en 17 % para ascender a RD$ 66,808 millones desglosado en subsidios a la tarifa eléctrica, el GLP y para compensar la eliminación de la Comisión Cambiaria y el aumento por servicios personales, empleomanía, fue de 16% para llegar a RD$ 44,230 millones. La nómina subió en 4.4%.

Para el primer semestre del 2007, el cuadro fiscal es todavía más dramático y distinto al simple escenario del pasado. Para este período el total de gastos fue de RD$ 113,544 millones. El gasto corriente representó el 68.2% en 2007 del total, pero las partidas que han aumentado enormemente han sido la de pago de intereses de la deuda pública heredada que representa un 7% del gasto corriente o la suma de RD$ 7,983 millones, las asignaciones para seguridad social un 3.8% o RD$ 4,298 millones, la de transferencias corrientes que representa un 27 %, la suma de RD$ 30,7111 millones, en subsidios a la tarifa, eléctrica, el petróleo, el gas propano como consecuencia de los altísimos precios del petróleo internacional, cuyo aumento de US$ 35 el barril en agosto del 2004 a US$ 86 el barril, en gran parte lo absorbe Gobierno, para no traspasarlo al pueblo consumidor. Esos subsidios aunque no lo aprecien es una sana política social, en un país con  tan bajos sueldos y tanta pobreza. Los gastos de capital solo fueron 17.3 % del total en el semestre.

No obstante, los gastos personales en empleomanía pública han aumentado en 10 %  a la cantidad de RD$ 21,263 millones y los gastos operacionales no personales en un 23  % a la cantidad de RD$ 6,174 millones, que si bien dentro del conjunto total del gasto corriente de RD$ 77,404 millones de enero a junio del 2007, no representa una proporción porcentual alta o en términos absolutos, sus incrementos son irritantes para la población y el objeto agresivo de críticas de la oposición y de muchas personas independientes sensatas. Independiente de esta anomalía, la mayor porción del gasto corriente se dedica a pagos de intereses de la deuda externa que se elevó de un 19 % del PIB en el 2000 a un 35 % del PIB en 2004, incluyendo el costo de la recompra a Unión Fenosa que realizó el Gobierno de entonces y al costo del salvamento bancario del 2003, que ahora se paga su costo financiero con impuestos del orden de RD$ 5,500 millones anuales.

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