La oferta gastronómica en Bruselas contenta todo tipo de paladares. Una de las últimas es comer suspendido en una plataforma a cincuenta metros del suelo y en medio de uno de los parques más bellos de la ciudad, con un menú de un chef con estrella Michelín por 300 dólares. Pero también puede hacerlo en tranvía o recurrir a los puestos callejeros…

Bruselas, la capital de Europa y sede del Parlamento, se ha convertido en un referente de la gastronomía del Viejo Continente, con 19 restaurantes distinguidos con estrellas Michelín, más que Berlín, Milán o Roma y una diversidad gastronómica cada vez más variada.

Un buen ejemplo es la iniciativa de Hakuna Matata, una agencia de comunicación belga que, siete años atrás, quiso dar la vuelta al concepto gastronómico que hasta el momento había funcionado, y ofrecer la oportunidad de comer a 50 metros del suelo en una plataforma suspendida por una grúa.

Así nació “Diner in the Sky”, uno de los proyectos de restauración más exclusivos y originales del momento, donde un chef prepara y sirve comida a 22 comensales a una altura de vértigo en eventos y ocasiones especiales. “La fórmula “´Diner in the sky está en 45 países del mundo. En Barcelona (España) hemos organizado cenas con -los restauradores- Paco Roncero y Dani García, estamos también en México y abriremos en Grecia, China, y las Islas del Caribe”, explica a Efe David Ghysels, fundador de Hakuna Matata y del proyecto “Dinner in the sky”.

Después de siete años sirviendo cenas desde el cielo, y gracias al éxito del proyecto, la compañía quiso rendir homenaje a la ciudad que dio luz al proyecto y, por esto, junto con VisitBrussels, la oficina de turismo de Bruselas, lanzaron el Festival “Brussels in the sky”.

Del cielo a las vías del tranvía. Gastronomía de altura durante todo el verano y en el emblemático parque Cinquentanaire de Bruselas, a dos pasos del barrio europeo y del emblemático edificio Berlaymont que alberga a la Comisión Europea, se alza esta plataforma, en la que siete chefs invitados sirven menús gastronómicos desde lo más alto, un escenario que rompe con la imagen aburrida centroeuropea.

El país invitado en esta edición es Italia y sus protagonistas son chefs tan conocidos como Yves Mattagne, Lionel Rigolet, Pascal Devalkeneer, David Martin, Giovanni Bruno, Bart De Pooter y Luigi Ciciriello.

Ellos son los encargados de preparar y servir cocina italiana, con la peculiaridad de que lo hacen en una plataforma aérea en la que no disponen de más de un metro a derecha e izquierda para que, junto a dos asistentes, elaborar los refinados platos que sirven a 22 comensales.

“Llevamos el máximo de productos preparados con anterioridad antes de subir a la plataforma y cocinamos allí lo estrictamente necesario para que el plato sea excelente”, explica a Efe Giovanni Bruno, chef del restaurante Senzanome en Bruselas, con una estrella Michelin.

Unas 2.000 personas en total van a disfrutar de esta comida tan exclusiva que combina, a la vez, calidad con riesgo. “Comer en el vacío para un cliente es algo excepcional, si comes desde el cielo tienes el vacío a tu derecha, a tu izquierda, bajo tus pies, flotas en el aire y comes, es una experiencia muy diferente a la de hacerlo en el restaurante”, comentó Giovanni Bruno. Pero no hay peligro, el comensal se sienta en un sillón con cinturón de seguridad y arneses dobles, para evitar cualquier riesgo.

Para aquellos a los que volar no les convenza, existen otros medios de transporte en los que también se puede satisfacer los paladares más exigentes.