Por REYES GUZMÁN
Los admiradores de la buena música de Gato Barbieri llenaron el viernes el salón La Fiesta del hotel Jaragua para disfrutar de la mejor coherencia interpretativa, en la que el famoso saxofonista de 73 años de edad demostró que su talento es único.

La noche anterior a su presentación dijo que estaba enfermo y cansado, con problemas de ceguera, con fallas en la memoria y sin poder dormir. Esas palabras quizás las expresó para justificar que después de los 70 el hombre vuelve a ser niño y llama la atención con diferentes efectos. Una persona prácticamente ciega y con fallas en la memoria no es verdad que dura dos horas dando lo mejor de su repertorio.

Levantó de sus asientos al público que le aplaudía, que le daba la más cálida respuesta de identidad con la música que interpreta, la que cambia de colores en la onda del jazz tropical, el tango, el bolero y ricas fusiones que abarcan varias épocas de su vida artística.

Con el patrocinio de Pinturas Tropical, la noche pasó rápido, porque el contacto entre el músico y público resultó corto, debido al goce por la exposición que  fue un reencuentro de melodías.

Cuatro músicos viajan con Barbieri, quien les permite destacarse con solos. Percusión y batería tuvieron un intercambio de descargas, mientras que bajo y piano pautan acordes que visten de gala bonitas piezas.

“Bolivia”, “Carnaval”, Europa”, “Fiesta”, “Cuando vuelva a tu lado” y la banda sonora de la película “El último tango en París”, le daban forma a la entrega que inicio a las 10:40 y concluyó a las 12:35. Las mezclas con sabor a trópico permiten escuchar temas con energía, aunque no deja fuera la ternura de los suaves.

Ania Paz

La peruana Ania Paz y su Ensamble fueron los anfitriones y con cinco temas ganaron reacciones de quienes llenaron a toda capacidad el gigante salón del Jaragua. La pianista, de temperamento pausado, en algunas de sus obras proyecta su ánimo, su sentir de lo que desea comunicar. Debe sacarle más provecho a su pasión por el jazz y ser más expresiva con el público.

Cositas y cosotas 

Carlos Almánzar fue el presentador y exageró un poco cuando dijo que Gato Barbieri estaba en el camerino destellando energía, loco por salir al escenario.

Gato, con el peso de los años, lució joven al salir mascando chicle. Mascaba y tocaba.

El saxofonista hablaba, pero no se le entendía. Problemas de volumen al micrófono y su voz en tonos bajos, no permitían proyectar los mensajes.

Siendo argentino, se pronunció en inglés.

 “Aló, aló”, para darse cuenta si se escuchaba o no, fueron las primeras palabras.

Barbieri tiene pulmones de niño, pues sopló perfectamente el saxo tenor.

Varios músicos dominicanos se dieron cita. Fueron los que más gozaron.