Gatopardismo, JFK y Abinader

Gatopardismo, JFK y Abinader

Guillermo Caram

Nada le es más aplicable al obligado propósito de Abinader de repostularse para 2024 que la paradoja expuesta por Lampedusa en su novela “El Gato Pardo”: «Si queremos que todo siga es necesario que todo cambie».

J.F. Kennedy postulaba: “El cambio es la ley de la vida. Y aquellos que solo miran al pasado o al presente seguramente perderán el futuro”.

Para seguir y no perder el futuro, convendría que el Presidente repase si su Gobierno está dedicando tiempo y energía necesarias al cumplimiento de sus responsabilidades constitucionales establecidas en el Art. 128.

Este artículo menciona: “presidir…actos SOLEMNES”, “defender la nación” “prohibir entrada de extranjeros” “regular servicios públicos” y “velar por la buena recaudación y fiel inversión de las rentas nacionales”.

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No se percibe accionar significativo tras estas atribuciones. Se presiden actos no solemnes. Leyes proveedoras de servicios se incumplen. Amenazan intenciones migratorias de Haití y potencias extranjeras. Se trafican sustancias, armas y dinero; bandas se enfrentan por controlar barrios. Servicios de salud, educación, energía y transporte dejan que desear.

Las recaudaciones y gastos distan de las prédicas de nuestra Constitución. Al 29/05/2023 recaudaciones presupuestadas crecían más lentamente que PBI. La diferencia ingresos-gastos proyecta faltante presupuestario anualizado de RD$106milmillones. RD$220milmillones de incluir amortizaciones.

Otease mas endeudamiento-al 23/06/23 préstamos superaban 20% lo presupuestado, amortizándose 23% menos-contrario a consejos del FMI de enfocar fiscalidad para disminuir endeudamiento.

Este extraño cuadro fiscal-menos recaudaciones, mas déficit y endeudamiento y menos amortizaciones-puede terminar en desequilibrios fiscales y financieros obstaculizadores de pretensiones de seguir.

Se impone cambiar para seguir: priorizar agenda presidiendo solo actos solemnes, crear mecanismos para cumplimiento de leyes y defensa de la nación ante pretensiones extranjeras, controlar inmigración para no tener que deportar, mejorar prestaciones de servicios públicos.

Y para velar por buena recaudación y fiel inversión, simplificar tributación y disciplinar finanzas publicas aplicando efectivamente declaraciones y discursos de austeridad y combate a la corrupción; ahora que ordenaron levantar y publicar auditorias que, aunque impropias, sirven de base para sancionar funcionarios, no rotarlos ni protegerlos ni encubrirlos.