Gays, consumo y la apertura social

Gays, consumo y la apertura social

POR DONALD ROWLAND
El tema de los homosexuales ha tomado un giro inusual en los últimos tiempos con la incursión en los medios de comunicación, y específicamente en la televisión, de una serie de jóvenes que se han destacado por el trabajo que llevan a cabo y por su valentía de admitir abiertamente sus preferencias sexuales, lo que los americanos denominan «out of the closet» o «salida del armario».

Este proceso ha disparado la alarma de los sectores más conservadores de la sociedad quienes critican sin misericordia este proceder, sin profundizar en las causas y las tendencias que más allá de nuestras fronteras han venido creando la plataforma para la consolidación de este movimiento generado por la corriente de apertura social y económica y, principalmente, por las leyes del mercado y el libre comercio.

Un estudio que acaba de conocerse en los Estados Unidos, por ejemplo, revela que los consumidores homosexuales tienden a mostrar mayor grado de lealtad a las empresas que ven cercanas a sus intereses, y también que están más atentos a los cambios y actualizaciones que presenten los productos en el mercado.

Este estudio señala que el poder de compra de los gays americanos se espera que alcance a más de $608 billones de dólares en el 2007, lo cual significa un crecimiento acumulado de 35%, amén de que los consumidores gays son más inclinados que los no gays a usar su tarjeta de crédito para hacer compras online, mientras que el 79% de gay y lesbianas declararon ser altamente auto indulgentes.

El trabajo de campo, como le señala Ad Latina, fue realizado por Harris Interactive en conjunto con Witeck-Combs Communications Inc., una firma especializada en marketing con experiencia especial en el mercado de gays, lesbianas y bisexuales (GLB).

Para la investigación se realizaron preguntas a 2.092 adultos en todo el país, de los cuales 107 se autoidentificaron como GLB.

Dos tercios de los GLB que respondieron la encuesta (64%) dijeron que prefieren comprar productos y servicios a compañías que trabajan teniendo en cuenta a su segmento, por sobre las empresas que no lo hacen.

Siete de cada diez gays, lesbianas o bisexuales señalaron que consideran mejor a una marca que es conocida por proveer iguales posibilidades de puestos de trabajo a todos. La mitad de los entrevistados (51%) indicó como factor importante las marcas que apoyan causas que tienen relación con ellos como GLB.

PREFERENCIA CLARA

«Si existe un vendedor o proveedor que sea identificado como afín al público gay, o que es gay, tiendo a comprarle sus productos», reconoció Sanford Smith, de 40 años, un gay que vive en San Francisco.

Según Jake Stafford, responsable senior de estrategia de marketing de Witeck-Combs, «es entendible que los gays gasten su dinero en empresas que traten en forma pareja a sus empleados, sean o no gays, y que los valoren como clientes a raíz de su condición».

Noah Langley, un gay de Napa, California, citó a la cadena de negocios Abercrombie & Fitch como un ejemplo de la clase de compañía que prefiere a la hora de comprar sus productos. Los catálogos de esa cadena son muy conocidos entre el público gay por sus imágenes eróticas que muestran jóvenes atletas de esa condición.

«En general voy al que cobra menos -dijo Langley-. Pero si quiero comprar un nuevo uniforme deportivo, por ejemplo, elijo una marca que tenga afinidad con nosotros. En realidad, ellos suelen hacer mejores productos».

A LA MODA

El servicio detectó también que 24% de los adultos GLB siempre, o muy a menudo, «gusta guiarse por lo último en estilos y tendencias», contra 17% de los adultos heterosexuales. El 17% de los GLB declaró además que le gusta «adquirir el último modelo o versión de un producto», mientras que entre los heterosexuales la proporción baja al 15 por ciento.

Cabe aclarar que a pesar de que Harris Interactive y Witeck-Combs Communications habían cuestionado la inclusión de los transexuales en estudios anteriores, en esta ocasión eligieron distinguir la orientación sexual por encima de la identidad del género. De todas maneras, la proporción de respuestas de personas identificadas como transexuales fue muy baja en relación con los otros sectores.

Ante tal realidad es una utopía pensar que los dominicanos podemos sustraernos de esta tendencia, cuando estamos conscientes de que todo lo que sucede en la sociedad y el mercado norteamericanos, ha servido tradicionalmente como patrón de comportamiento para la juventud de nuestro país.

d.rowlan@verizon.net.do

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