Gaza y el destino de la humanidad

Gaza y el destino de la humanidad

A instancias de Vallejo, digo que hay poemas en la vida, tan fuertes, yo no sé. Poemas como “Halt” (Alto), de aquel poeta cubano Luis Rogelio Nogueras, quien se preguntaba años atrás, cómo había olvidado tan pronto el Estado de Israel, el infierno vivido en las cámaras de gas por esos “niños, que en el último instante, envejecieron millones de años” en Treblinka, Buchenvald o Aushwitz. Todas estas noches he leído esos versos, justo en las horas en que República Dominicana cabecea de sueño, justo cuando empiezan a arribar desde Palestina los partes noticiosos y las imágenes del abismo. Día tras día, las escenas que desvelan y aterran ante el espanto: padres y madres que corren con sus hijos quemados con fósforo blanco, en medio de ruinas y cenizas; hombres buscando en los escombros y morgues algún rastro de sus hermanos; masas de jóvenes, adultos, ancianos que despiden los amasijos de “cuerdas y tendones” todavía tibios de quienes hacía muy poco eran Fátima, Amir, Zara, Faysal o Karim.

En Gaza ya no hay aulas, ya no hay maternidades ni salas de cirugías, ya no hay mezquitas ni iglesias, ni canchas de fútbol ni siquiera refugios. En Gaza hoy solo quedan objetivos militares en los cuales el Tsahal, el ejercito israelí finan ciado por Estados Unidos, apunta sus máquinas voladoras para lanzar sus ojivas de odio.

Al momento de escribir estos párrafos, casi dos mil palestinos (un tercio de ellos niños) han sido asesinados en apenas días. 30 israelíes muertos, de los cuales 27 militares. La desproporción de víctimas entre las partes evidencia que no hay un conflicto, sino una masacre. Sobre ese territorio de 350 kilómetros cuadrados, una población de dos millones de habitantes vive desde hace décadas bloqueada por la historia, hacinada y vilipendiada, hambrienta y con ganas de vivir. Sobre ella, un verdadero matadero, en las mismas narices de todo el mundo.

Es Gaza, que ya no es solo Gaza sino todo un símbolo que hoy interroga al mundo: ¿es Gaza el inicio de una “solución final” del Estado de Israel para los Palestinos; es Gaza el parámetro de asimetría que tiene la vida humana cuando se es pobre y cuando se es poderoso en este planeta; es Gaza la traición de Israel al judaísmo auténtico y a su histórica tradición de fraternidad para el mundo? No me cabe la menor duda, es Gaza la pregunta que interpela hoy qué clase de seres humanos ya somos y qué seremos en el porvenir.

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