BAGDAD (AFP).- Gran Bretaña anunció este jueves el envío de 370 soldados de refuerzo a Irak, donde los milicianos del jefe radical chiíta Moqtada Sadr pactaron una tregua tras semanas de sangrientos combates contra las fuerzas estadounidenses en Nayaf (centro).

En el terreno diplomático continuaba, entre tanto, la discusión del proyecto de resolución británico-estadounidense sobre Irak, del cual el presidente francés Jacques Chirac, de visita en Guatemala, dijo debe ser «seriamente mejorado».

Pese a la calma en Nayf, la violencia proseguía en otras partes de Irak y afectó en forma indirecta a miembros del gobierno provisional impuesto por Estados Unidos.

En el interior de Irak, el hijo de Salama al-Jafaji, miembro del Consejo de gobierno provisional iraquí, murió al ser atacado el convoy en el que viajaba al sur de Bagdad. Otra integrante del Consejo, Salama al-Khafaji, salió ilesa de un incidente similar cuando regresaba de Nayaf.

«Ella no tuvo problemas, pero hay víctimas entre los miembros de su escolta», afirmó Haidar Mussaui, portavoz de Ahmad Chalabi otro miembro del consejo.

Por otra parte, el ejército estadounidense anunció la muerte de tres ‘Marines’ caídos en combate en el oeste del país.

Mientras un hombre y dos de sus hijos murieron y otras nueve personas resultaron heridas al caer un obús de mortero en Samarra (norte de Bagdad).

En la ciudad santa chiíta de Nayaf, 170 km al sur de Bagdad, los combates entre las fuerzas de la coalición y los milicianos de Moqtada Sadr, en el centro de Irak, cesaron por primera vez en siete semanas.

Fuerzas de seguridad iraquíes se encargarán de la seguridad en la ciudad, declaró el portavoz de la coalición Dan Senor durante una conferencia de prensa en Bagdad.

Hasta que las fuerzas iraquíes estén operacionales «las fuerzas de la coalición suspenderán sus operaciones ofensivas pero seguirán ocupándose de la seguridad patrullando» en Nayaf, dijo Senor. «Las fuerzas de la coalición sólo responderán en caso de legítima defensa», añadió.

Esta tregua se produce después de que los milicianos de Sadr sufrieran recientemente numerosas bajas y reveses. El miércoles, su cuñado, quien es también uno de sus principales colaboradores, fue detenido en Nayaf por soldados estadounidenses.

En Nayaf, los habitantes habían reclamado varias veces la partida del «Ejército de Mehdi», que varios dignatarios religiosos chiítas locales no aprueban.

Con la tregua, Moqtada Sadr limita sus pérdidas sin rendirse a la coalición, y ésta sale de una guerra que corría el riesgo de inflamar a los musulmanes, ya que se desarrollaba en un lugar sagrado.

«Es un muy buen paso adelante. (Sadr) no dijo que se rendiría y nosotros no dijimos que todos los problemas se resolvieron», consideró el general estadounidense Mark Kimmitt, subdirector de las operaciones militares de la coalición.

Después de varias semanas de vacilaciones y pese a la oposición de la opinión pública, el gobierno británico anunció el jueves el envío de 370 soldados adicionales a Irak, sin precisar la fecha.

Con este envío se eleva a 8.900 el número de militares del contingente británico en ese país, segundo detrás de los 138.000 estadounidenses y delante de los 3.000 italianos. Ucrania anunció que en dos meses enviará 150 hombres que se sumarán a los 1.600 ucranios ya desplegados.

En Moscú, el ministerio de Situaciones de Emergencia anunció que unos 90 rusos tenían que ser evacuados de Irak por vía aérea este jueves, al día siguiente de la muerte de dos técnicos rusos en un ataque en Bagdad.

Washington, por su parte, expresó este jueves su hostilidad a un plazo para retirar las fuerzas extranjeras de Irak, como proponen varios miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, estimando que ello sería irrealista.