LONDRES, (AFP) – Gran Bretaña reafirmó ayer la concesión del título de «sir» al escritor Salman Rushdie, afirmando que no pedirá excusas por una decisión que, por su parte, siguió provocando protestas en Pakistán, donde un fundamentalista también hizo un llamamiento a asesinar al escritor.
Según afirmó el ministro británico del Interior, John Reid, Londres no presentará sus excusas por el título nobiliario otorgado al autor de «Los versos satánicos».
Sobre este último pesa una «fatwa» del ayatolá Jomeini condenándolo a muerte desde 1989, tras la aparición de su libro, considerado blasfemo por los fundamentalistas islámicos.
Según Reid, Gran Bretaña tiene «un conjunto de valores» que permiten conceder condecoraciones a personas «por su contribución a la literatura, incluso si no comparten nuestro punto de vista».
«Tenemos derecho a expresar opiniones y toleramos los puntos de vista de otros y no nos excusaremos por eso», añadió.
Poco después la ministra británica de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett, precisó que su país «lamenta» la ofensa causada por el título a Rushdie a quienes «se tomaron muy a pecho ese nombramiento». La decisión de la reina Isabel II de nombrar el sábado «caballero» a Rushdie, de 60 años de edad, provocó en los últimos días manifestaciones antibritánicas y contra el escritor en Irán y Pakistán, que el miércoles volvieron a reproducirse en este último país.
Unas 300 mujeres que vestían burkas manifestaron ante el parlamento de Islamabad contra el título concedido a Rushdie, que consideraron «una decisión contra los musulmanes».
En la capital paquistaní un fundamentalista clamó por el asesinato del escritor. «Merece ser asesinado y todo aquél que pueda, debe matarlo», dijo Abdul Rashid Ghazi, un dirigente de la mezquita Roja.
Mientras tanto, y al igual que en los últimos tres días, unas 300 personas se lanzaron a las calles de Karachi (sur) y quemaron retratos del «blasfemo» escritor, mientras que varios cientos dieron rienda suelta a su cólera en las calles de Multan, en el centro de Pakistán, donde quemaron varias banderas británicas. Desde que el lunes se desencadenó el nuevo «caso Rushdie», 18 años después de «Los versículos satánicos», las tensiones diplomáticas han aumentado.