GENE WILDER y la magia de la locura

GENE WILDER y la magia de la locura

NUEVA YORK
AP
Gene Wilder era genial cuando estaba tranquilo y sereno. Pero cuando perdía el juicio, era extraordinario.
Wilder, quien a menudo actuó junto a figuras imponentes como Zero Mostel y Richard Pryor, era el personaje serio que solía terminar en una camisa de fuerza. Su enorme rango le permitía pasar de una dulzura apacible a una demencia irracional, y todo lo que hay de por medio.
Wilder murió el domingo en Stamford, Connecticut, de complicaciones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. Tenía 83 años.
Con un cabello rizado indomable, un rostro melancólico y un destello de locura en su mirada, fue un terremoto de neurosis que estremecía parpadeando y sudando antes de quebrarse y pasar a un estado de histeria.
“¡No puedo parar! ¡Estoy histérico!”, gritó como Leo Bloom en “Los productores” cuando el bien planificado fracaso de Broadway se negó a fracasar. Su socio (Mostel) intenta calmarlo echándole un vaso de agua en la cara. Pasa un segundo. “¡Estoy mojado! ¡Estoy mojado! ¡Estoy histérico y mojado!”.
Nacido Jerome Silberman en Milwaukee, Wilder comenzó a actuar para su madre, quien quedó medio paralizada por un ataque cardiaco cuando él tenía seis años de edad, como una manera de entretenerla y alegrarla. Con el tiempo estudió con Lee Strasberg en el Actor’s Studio, pero ese aura inicial de risa rodeada de oscuridad nunca lo abandonó.
“Vengan conmigo y entrarán a un mundo de pura imaginación”, cantó en “Willy Wonka y la fábrica de chocolate”. Su Wonka fue de inmediato un clásico inconfundible. Su combinación de encanto y extravagancia, oscuridad y rareza le inyectó vida al relato de Roald Dahl. Su Wonka fue demasiado para los primeros públicos (el filme fue tuvo un buen desempeño en taquilla) pero llegó a ser adorado por su desequilibrada complejidad.
“Soy un actor, no un payaso”, solía decir.
Sus primeros papeles en la pantalla grande fueron un festín de locura: un director de funeraria secuestrado en “Bonnie y Clyde”, el médico que se enamora de una oveja llamada Daisy en la cinta de Woody Allen “Todo lo que usted quiso saber de sexo y nunca se atrevió a preguntar”…
“Mi exterior tranquilo solía ser una máscara de mi histeria”, dijo a la revista “Time” en 1970. “Después de siete años de análisis, se convirtió en un hábito”.
Además de ser actor, Gene Wilder también se desempeñó como escritor.

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