Generadores  riqueza en Los Cacaos no reciben ni migajas

Generadores  riqueza en Los Cacaos no reciben ni migajas

Los Cacaos. San Cristóbal. A pesar de que la cuenca del río Nizao genera alrededor de RD$1,200 millones  al año en energía eléctrica, agua potable y producción agrícola, a quienes habitan en ella no se les devuelve un solo centavo.

Ni siquiera un muro de contención ha sido construido para proteger al municipio de Los Cacaos, en la provincia de San Cristóbal, de las embestidas del río Mahomita; mientras las mujeres abandonan sus hogares para irse a trabajar en casas de familias huyendo de la miseria.

En el fin de semana los campesinos y organizaciones del municipio de Los Cacaos,  junto a las autoridades municipales y el acompañamiento de la Fundación Atabey y de la Asociación Leonardo Da Vinci, concluyeron en que no es posible detener la deforestación de la cuenca si a quienes habitan en ella no se les devuelve algo de la riqueza que genera.

De ahí que la comunidad elabora un plan para que Los Cacaos, con tres secciones y 42 parajes, se convierta en el primer municipio ambiental del país, con el propósito de que se dedique en lo adelante a proteger los recursos naturales y la cuenca alta del río Nizao.

En esa cuenca existen 183 fuentes de agua, encabezadas por el río Maomita, que alimentan al Nizao, principal fuente  de las presas de Jigüey y Aguacate, así como la de Valdesia, que aportan  6 metros cúbicos de agua por segundo de los nueve que llegan a Santo Domingo.  Haina aporta apenas uno y Barrera de Salinidad dos, que básicamente se quedan en la zona oriental.

  Retorno de recursos.  Domingo Contreras, presidente de la Fundación Atabey, quien asesora al municipio de Los Cacaos, considera que el Estado está obligado a reconocer mediante ley o acuerdos que parte de los recursos que se generan en la cuenca deben retornar a los protagonistas, bajo un plan en el que se comprometan a ser los guardianes de los recursos naturales.

 “De lo contrario, las próximas generaciones de Santo Domingo  no tendrán agua potable ni energía eléctrica”, advierte Contreras, quien es secretario general del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN),  corporación que está preocupada por el futuro del agua en la Capital.

Cree que llegó  el momento para que los  ciudadanos se den cuenta de que el agua que se utiliza para regadío,  electricidad y  los hogares se genera en un lugar, que debe ser protegido para que su producción sea permanente en cantidad y  calidad.

Estima  que la mejor forma para lograr ese objetivo es que se le reconozca al municipio el pago por servicios ambientales, para lo que existe un proyecto de ley en la Cámara de Diputados, sometido por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Julio César Domínguez, viceministro de Medio Ambiente,    apoya un ordenamiento en la reforestación  de la cuenca.

 En los últimos  meses han sembrados un millón  200 mil árboles con apoyo de las   Empresas de Generación Hidroeléctricas.

Testimonios

En Los Cacaos habitan alrededor de 11 mil personas, el 43 por ciento en medio de la pobreza, según los estudios más recientes del Programa de Las Naciones Unidas para el Desarrollo. La  mayoría vive de la agricultura, especialmente de la recolección de café y el conuquismo. Isabel Robles, de la Asociación de Mujeres en Acción, deplora la desprotección de los habitantes de Los Cacaos, a tal punto que las mujeres abandonan sus hogares para irse a trabajar en casas de familias a la ciudad de San Cristóbal y a la Capital.

 Juan Arias, presidente de la Asociación de Caficultores La Esperanza, expresa que la forma en que más de mil productores realizan sus labores no es la más adecuada, pero como no disponen de recursos para cambiarla no tienen otro camino que seguir con su vieja práctica.  Julio César Solano,  del Patronato Pro Desarrollo de Los Cacaos, estima que con un cuatro por ciento de las ganancias que generan, la situación de la comunidad cambiaría radicalmente.

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