Los precios de venta de los generadores de energía a las distribuidrtas exceden en la actualidad en más de dos centavos de dólar el kilovatio-hora, los valores de venta razonables, dijo el director del Instituto de Energía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Asimismo, el ingeniero José Luis Moreno San Juan, entrevistado en el Encuentro Económico de Hoy, resaltó también que desde el inicio del proceso de capitalización del sistema eléctrico, se observa un gran desbalance entre las utilidades que presentan las empresas de generación y las pérdidas de las empresas distribuidoras.

Señaló que la sostenibilidad del sistema eléctrico nacional no se podrá lograr sin una racionalización de los costos de producción y una transparentización de los mismos de cara al consumidor. Entiende que para lograr la sostenibilidad habrá que afectar los intereses de ciertos grupos, sin lo cual «no se podrán resolver las dos paradojas que distorsionan el modelo económico del sistema eléctrico.» Estas paradojas son «el que los usuarios no regulados logran precios mucho más bajos en sus contratos de compra de energía que las empresas distribuidoras», explicó.

«La otra es -señaló- que los autoproductores (sin cogeneración) consiguen generar energía a un valor interior al que le vende el distribuidor.

«Desde el inicio del proceso de capitalización del sistema eléctrico, se observó un gran desbalance entre las utilidades que presentaban las empresas de generación y las pérdidas de las empresas distribuidoras, el que se originó en la aplicación de los contratos de compra-venta mal estructurados, elaborados por la Comisión de Reforma de la Empresa Pública (REP)», siguió diciendo.

Señaló que «estos contratos por sí solos, a nuestro juicio, se convirtieron en el principal escollo en la sostenibilidad del proceso de reforma del sub-sector eléctrico. La situación de que en la actualidad los precios de venta de los generadores a los distribuidores excedan los dos centavos de dólar el kilovatio,  los valores razonables de venta complica la solución al problema de la sostenibilidad económica del sistema.»

Esto es así, dijo, «pues las distribuidoras han sido incapaces de reducir sus pérdidas totales a valores razonables, en un orden del 20%, y su cobrabilidad (razón entre lo que se cobra y lo que se factura) apenas alcanza el 74%».

Añadió que lo razonable al respecto estaría entre un 9% y un 95%, por lo que las pérdidas totales del sistema consolidado lleguen al orden del 48% en promedio, con lo cual el índice de cobranza (IC) apenas alcanza el 52%, más bajo que el del mes de julio-99, último mes de operaciones de la antigua CDE, el cual fue del 56%. Las distribuidoras deberían haber alcanzado un IC de 80%.

Luego de cinco años de operación bajo administración privada, las distribuidoras están en peores condiciones que antes de la capitalización, «siendo este un caso digno de estudio y un desmérito a las bondades de la administración privada, en este caso, por una mala selección de los socios privados durante el precipitado proceso», aseguró.

«Como esquema -dijo- para conseguir la sostenibilidad del sistema eléctrico dominicano, propuso modificar y/o eliminar el Acuerdo de Madrid, para conseguir una rebaja de al menos dos centavos de dólar el kilovatio hora en el precio de venta actual de los generadores a los distribuidores.»

Dijo que, no obstante el llegar a un acuerdo, era de rigor debido a los desastrosos contratos de compra-venta elaborados por la CREP. Los valores base del Acuerdo de Madrid para ser aceptables debieron ser, según lo evaluado por el Instituto de Energía, menores a los logrados en el orden del 23%, añadió.