Generala Campusano: “Si volviera a nacer, otra vez sería policía”

Generala Campusano: “Si volviera a nacer, otra vez sería policía”

La calidez  y simpatía de la generala Juana Francisca Campusano Jiménez contrasta con la rigidez que muchos asocian a un oficial de alto rango.

Con la mirada firme y una amplia sonrisa, esta dama que hoy ostenta la más alta jerarquía entre las 4,200 mujeres que forman parte del cuerpo del orden, dice sentirse muy orgullosa y honrada de representar a su género en esta profesión.

La directora de la Oficina de Equidad de Género y del Museo de la Policía Nacional logró el pasado 16 de agosto lo que hace treinta años soñó: representar a la mujer policía en la más alta posición, “con respeto y dignidad”, que son valores que considera necesarios para lograr el éxito en este ámbito.

Tiene además en su historial el mérito, entre otros tantos, de haber sido la primera subdirectora de la Policía Turística (Politur).

Pero el inicio de una exitosa carrera policial de tantos años no fue fácil.

A sus veinte años, la tercera de una familia de ocho hermanos (cinco hembras y cuatro varones), oriunda de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, sería rechazada tres veces antes de poder ser aceptada en las filas de la Policía Nacional.

Y es que aunque reunía todos los requisitos académicos para ingresar a la institución, las autoridades encargadas del ingreso de  nuevas aspirantes consideraban que era muy baja de estatura.

Finalmente  sus méritos fueron reconocidos, aunque no sería el único obstáculo que tendría que superar.

Ataviada con su impecable traje gris con insignias plateadas y brillantes, Campusano recordó que al iniciar su carrera, como es natural, su madre le manifestó algunos temores por lo que podría enfrentar al dedicarse a un oficio de esa naturaleza.

Sin embargo, el tiempo demostró que este oficio  sería la verdadera vocación de quien en su juventud también ejerció como profesora de niños en su comunidad. De aquellos tiempos permanecen en ella la dulzura y paciencia de aquellas maestras que resultan inolvidables y siempre se recuerdan con nostalgia en la adultez.

Con su suave tono de voz y pausada forma de hablar, la generala evocó el momento en que sintió el llamado de convertirse en Policía. Fue cuando vio graduarse a las primeras dos generaciones, las cuales egresaban cada seis meses.

«Al verlas, cuando salieron a servir, asignadas en diferentes calles de la ciudad, y ver como en las calles ayudaban con el tránsito y trabajaban de frente con la ciudadanía, sentí en mi interior que yo también quería hacer eso» expresó.

Al referirse a los inicios de la mujer en la institución, Campusano Jiménez recuerda que fue en 1979, a 43 años de haber sido creada la Policía Nacional, cuando un grupo de 50 mujeres empezó su entrenamiento para convertirse en las primeras en ejercer un oficio que hasta entonces había sido exclusivo de los hombres.

Aunque reconoce que el camino no ha sido fácil, pues las primeras aspirantes a policía tuvieron que enfrentar situaciones difíciles, debido al  machismo de algunos hombres,  la también educadora entiende que ha existido aceptación y respeto hacia las damas de la uniformada.

A las que como ella  treinta años atrás, sueñan ahora  con sembrar una semilla en la  labor de preservar bienes y vidas, la generala Juana Francisca Campusano les aconseja demostrar en todo momento respeto, capacidad y entrega.

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Su labor

Desde su despacho en la Oficina de Equidad de Género de la Policía, la licenciada Campusano trabaja en coordinación con el Ministerio de la Muje para velar por el respeto a los derechos de las féminas que forman parte de la institución, al tiempo que coordina programas de formación para  las y los agentes del organismo.

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