UBI RIVAS
El pasado 25 de junio milicianos de Hamás, secuestraron en un punto de chequeo israelí en la frontera de Israel con la Franja de Gaza al soldado Gilad Shalit y 72 horas después el Estado judío inició una ofensiva en gran escala con blindados, helicópteros Apache apoyados por infantería de cinco mil soldados, para apabullar, humillar e intimidar a los palestinos huir de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Ese ha sido siempre, desde la fundación del Estado de Israel el 25 de mayo de 1947, criatura del presidente Harry Truman, el propósito de los israelíes, dehabitar de toda Palestina a los palestinos, que nunca abandonaron su terruño, a diferencia de los judíos, que lo abandonaron por 1,878 años, es decir, desde el año 70 e.c. en que Palestina fue ocupada por el ejército romano del emperador Tito Vespasiano.

Fue lo que la historia conoce como la triste “diáspora” o peregrinación del pueblo judío por toda la geografía mundial, padeciendo discriminaciones, vejámenes, progroms (cruentas represiones) del zar Nicolás I de Rusia.

El saldo de lo que el Estado judío denominó “Lluvia de Verano”, ha ocasionado decenas de muertes y centenares de heridos, demoliciones de casas, destrucción por los helicópteros Apache de puentes, tuberías de agua y planta de energía en Gaza, una barbarie típica en la reacción israelí contra Pelestina.

Reacción varias veces repudiable porque el Tzahal (Ejército) israelí no concluye desocupar totalmente Gaza ni Cisjordania, que debió hacerlo desde que eso se acordó en los tratados de Oslo refrendado pro Wye Plantación, en Washington D.C. de 1993.

En realidad el verdadero culpable de las masacres, vejámenes, maltratos, torturas, genocidio, pretensión permanente de expulsar a los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza no son los israelíes, sino quienes le apoyan desde sus inicios en estas ruindades, los gobernantes norteamericanos todos a partir de Truman.

Por que es un axioma incuestionable que los israelíes, solos, no hubiesen podido vencer en las guerras de 1948, 1956, 1967, 1973 y 1982 a los ejércitos árabes de Jordania, Líbano, Egipto, Siria y Arabia Saudita. ¿O lo hubiesen podido?. Nunca.

Prueba al canto de ese respaldo abominable es la declaración del presidente George Bush jr. mediante la secretaria de Estado (Canciller) Condoleeza Rice, vertidas al mundo por las agencias noticiosas el 28-06-06 en el sentido de que “EEUU respalda el derecho de Israel a defenderse”.

Una salida infeliz, una burla cruel, porque los que tienen derecho a defenderse son los palestinos para impedir que los israelíes ocupen su territorio, los dejen en paz y se sientan a concretizar la Hoja de Ruta cosecha del presidente Bush jr. del 15 de mayo de 2003 la cual, empero, él mismo sabotea con su clásica conducta sinuosa y dual.

Es evidente que la primera acción para reverdecer la marchita Hoja de Ruta consiste en que USA ordena a su pupilo israelí a retirarse absolutamente de Cisjordania y la Franja de Gaza, inclusive los colonos judíos que ilegalmente están asentados en los territorios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que es la crisálida del inexorable Estado Palestino, sin cuya proclamación formal aceptada por USA, no habrá paz nunca en Levante.

Penoso y excecrable resulta que ante la última embestida repudiable del Tzahal, la Unión Europea, Rusia, China ni la Liga Arabe, se hayan pronunciado, y solo de forma protocolar el secretario de la ONU, Koffi Annan, que censuró la acción israelí de masacrar a los palestinos, en una lucha desigual de blindados y Apaches contra fusiles Kalshnikov y lanza cohetes Katiuska. ¡Ay si las cosas fuesen parejas, qué distinto fuese el panorama!.

Conforme a como se aprecia, la pelota está, siempre ha estado, en la cancha de USA para decidir el juego, nunca de quien recoge la bola fuera de la cancha.