El ambientalista y político Osiris de León negó que el desarrollo de la minería sea incompatible con el medio ambiente, “sino todo lo contrario a esas creencias que proliferan sin ningún fundamento” y que contrario siempre han sido las mejores aliadas y de las fuentes de agua.
En una nota afirmó que no es cierto que la minería de por sí afecte las fuentes de agua potable, si se respetan las normas ambientales y adoptan los debidos cuidados y medidas precautorias.

Estima que, si la industria minera no hubiese contribuido con la extracción del carbón mineral, el petróleo y el gas natural del subsuelo, ya no quedarían bosques, pues la explotación intensiva para obtener leña y el carbón vegetal como fuentes de energía y combustibles para cocinar, hubiera llevado la deforestación a un punto crítico.

Otro argumento enarbolado por De León en favor del apuntalamiento de la minería como factor de progreso y a la vez de cuidado y protección ambiental, es que si no aportara gravas, arenas y cementos para la construcción, los aserraderos seguirían campantes.