Los antiquísimos vestigios de una historia mal contada, distorsionada y en el mayor de los casos manipulada, mantienen entre República Dominicana y Haití una opulenta reminiscencia de xenofobia, hidrofobia y animadversión entre sus ciudadanos. Elementos que se traducen en acentuados y virulentos conflictos sociopolíticos, económicos y diplomáticos, patrocinados desde su génesis hasta la fecha por la plutocracia insaciable y voraz de ambos países; junto a manos extranjeras que fueron los mismos que extirparon y saquearon la riqueza del pueblo haitiano.
La Inteligencia Política.
Para nadie es un secreto que, desde Pedro Santana hasta la fecha cuasi-todos los presidentes dominicanos, salvo honrosas excepciones. Verbigracia, Bosch, Balaguer Leonel y Danilo todos los demás, han personificado el concepto enarbolado por el general Karl Haushofer Y, en consecuencia, han tenido una carencia de “Conciencia geográfica del Estado”. Con el agravante, de tener una diplomacia haitiana que sabe cuándo salir de sus fronteras ante la comunidad internacional en franco detrimento de los intereses Geopolíticos de la República Dominicana. Es por esa razón, ninguno de los demás presidentes dominicanos ha interiorizado la idea de que la Geopolítica como dijo Walsh; “Es la ciencia que pone la geografía al servicio del arte de gobernar”.
“El Determinismo Geográfico”
Ya hemos señalado en otros artículos y reiteramos que, de los 27,750 km² que comprenden la superficie terrestre de Haití, 27.560 km² de ellos son tierra y solo 190 km² de agua, y debido a la quema indiscriminada del 98% de sus árboles originarios para carbón; en Haití casi no llueve, y por la erosión que ha sufrido la tierra tampoco ésta sirve para el cultivo de alimentos. Y cual, si fuera poco, su demografía es la que más crece 1.8% cada año en toda Hispanoamérica, elementos que convierten a este país en el más pobre de todo el hemisferio occidental. En consecuencia, los haitianos se ven compelidos a cruzar la frontera y seguirán entrando e invadiendo nuestro territorio aún se repitieran los execrables acontecimientos de la “Masacre del Perejil” del año 1937.
El Aspecto Geoeconómico.
Si partimos de la premisa del Geopolitólogo sueco, Rudolf Kjellén de que, “El Estado es un organismo vivo”. Y en ese sentido; nace, crece, se desarrolla y muere. Podemos aseverar entonces que, al Estado haitiano de ese proceso solo le falta la muerte, en el entendido de que en ese país los bienes materiales que le proporcionó la naturaleza definidos por Luttwak y Lorot, fueron saqueados por Francia, Inglaterra, EE.UU. etc. Además, todos sabemos que el 85% de los recursos que ingresan en Haití provienen de dadivas de la comunidad internacional, y según la FAO, el 85% de la población vive en la pobreza y según la CEPAL el 74% de la misma vive en extrema pobreza ósea, con menos de un dólar al día. Por eso, hay que concluir diciendo que, el “Ciclo Vital” acuñado por Ratzel para el pueblo haitiano está en la parte oriental de la isla, que es el territorio dominicano.
La Geoestrategia Dominicana.
Si bien es cierto que somos promotores de la hermandad entre dominicanos y haitianos, no menos cierto es que, frente a ese escenario dantesco que hemos señalado no existe duda alguna de la inminente e imperiosa invasión o proliferación de la inmigración a gran escala en nuestro territorio, ya sea a corto, mediano o largo plazo, todo esto desde la perspectiva de la autoconservación. Por consiguiente, no nos queda otro camino que asumir las teorías de Haushofer, Mahan, Mackinder y Douhet. Pues, aunque mis recetas pudieran parecer catastróficas o exageradas, hay que decir que la Geopolítica no es una rama del cristianismo ni del judaísmo; es simple lucha de intereses.
Desde esa perspectiva, no nos queda otro camino que, hacer una gran inversión en material bélico para cubrir el espacio aéreo de los 338 Km. de la frontera terrestre con Haití, los cuales cubriríamos con 10 aviones Strike Eagle F – 15E. Un contingente militar para la vigilancia terrestre de nuestra zona limítrofe y un amplio contingente de nuestra Armada para diseminarlos en las Antípodas norte del atlántico y la sur del mar caribe de nuestro territorio, Otto von Bismarck nos enseñó que la Realpolitik está fundamentada en los intereses prácticos y en las acciones concretas. Hay que dejar de soñar, pues el mundo rabiosamente globalizado en el que vivimos hoy; es el mundo del “Hard Power y del Soft Power” definidos por Joseph Nye y Robert Keohane, lo demás es simple filosofía Estoica.