Geopolítica

Geopolítica

[b]Señor director:[/b]

La situación geopolítica del hemisferio occidental no es la mejor en mucho tiempo. La mayoría de los países de la región han experimentado en los últimos años serias dificultades de todo tipo que, en algunos casos, se han traducido en focos de ingobernabilidad, evidenciando la incapacidad de los gobernantes de enfrentar las crisis políticas, el estancamiento económico y su consecuente multiplicación de la pobreza, así como los nuevos problemas de seguridad, trayendo como resultado un resurgimiento del autoritarismo y por ende, una reversión de los avances democráticos obtenidos en la última década.

Una de las razones fundamentales de lo anterior consiste en la poca atención que ha recibido la región dentro de la agenda internacional de la presente administración de la Casa Blanca, lo cual es entendible hasta cierto punto, ya que los Estados Unidos tiene sus esfuerzos concentrados en medio oriente e Irak, luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001. Sin embargo, no nos deja de sorprender el poco interés mostrado ante los fenómenos volátiles e inestables que han sucedido en América Latina, pues consideramos que, independientemente de lo que ocurre en aquel lado del mundo, la situación por la que están atravesando los países de nuestra región tiene un significado fundamental para los Estados Unidos, primero, por ser tradicionalmente esta área la de mayor influencia de dicho país frente al resto de las potencias internacionales, y segundo y más importante, dada la futura conformación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lo cual no podrá materializarse si no se garantiza un clima político y económico estable en nuestros países.

Si analizamos la situación política de Venezuela, el descalabro de la economía argentina y la postura de Néstor Kichner de decretar la cesación de pagos a los organismos crediticios internacionales, los índices de pobreza en Bolivia que han aumentado, en grandes proporciones, la producción de coca para exportar; los estallidos sociales y los escándalos de corrupción gubernamental que tienen al Perú al borde de un golpe de estado, la crisis económica que enfrenta el gobierno del ex coronel Lucio Gutiérrez en Ecuador, la creciente desintegración nacional en Colombia producto de la guerrilla, cuyas repercusiones en los países vecinos se suman a los propios internos; el letargo de las economías centroamericanas, los últimos sucesos acaecidos en Haití, la inalterable situación de Cuba y la crisis política y económica dominicana, tenemos ante nuestros ojos un diagnóstico no muy agradable, que de no tomar medidas al respecto se traduciría en un futuro poco prometedor para Latinoamérica.

Todo lo anterior afecta de manera considerable la estabilidad geopolítica que los Estados Unidos necesitan y desean tener en la región para garantizar una estrecha cooperación política y económica que les permita mantener, a lo interno, su establishment, y a lo externo, su hegemonía frente a una Unión Europea cada vez más unida y fuerte, así como frente a China, el gigante ya no tan dormido del siglo XXI cuyo crecimiento económico es alabado por los organismos internacionales; por lo que no es una pretensión afirmar que esta parte del mundo se ha convertido en una pieza clave de la estrategia de seguridad nacional estadounidense.

Es por ello y por las elecciones presidenciales de noviembre próximo -en la cual el Presidente Bush hijo tratará primero, de ganarse los votos de la comunidad hispana, y segundo, de que no se repita la historia de su padre, que no logró la reelección- que se prevé un cambio de actitud a corto plazo y una mayor atención en todos los órdenes hacia nuestros países, pues, además de lo difícil que se le hará reelegirse al Presidente frente a un partido demócrata unido, con un buen candidato, y que siempre ha estado más abierto hacia la región, los Estados Unidos valoran en su justa dimensión lo que significa para su futuro los movimientos políticos y sociales que se están produciendo en nuestro continente y que no son otra cosa que el reflejo de la crisis geopolítica que está padeciendo nuestro hemisferio.

Atentamente,

José Dantés Díaz

Publicaciones Relacionadas

Más leídas