George Bush negociaría reforma migratoria

George Bush negociaría reforma migratoria

WASHINGTON (AFP).- El presidente estadounidense, George W. Bush, parece dispuesto a negociar su posición sobre la reforma migratoria y apoyar primero un cambio en las leyes que aumenten la seguridad fronteriza, a fin de satisfacer a los representantes republicanos más conservadores.

Bush ha otorgado su apoyo al proyecto de ley migratorio aprobado por el Senado, que pide reforzar la seguridad fronteriza pero al mismo tiempo crear un programa de trabajadores temporarios y legalizar a la mayoría de los 12 millones de indocumentados que se estima residen en Estados Unidos.

La semana pasada, no obstante, el mandatario recibió en la Casa Blanca al representante republicano Mike Pence, opuesto a la legalización de extranjeros sin papeles, quien indicó que Bush se mostró muy interesado en su propuesta de avanzar en dos etapas, otorgando prioridad a la seguridad fronteriza y a un mayor control para impedir la contratación de indocumentados dentro del país.

Según esta propuesta, recién después de alcanzar ciertos objetivos en materia de seguridad fronteriza y control de la contratación de indocumentados en el país el Congreso trataría el tema de los indocumentados que ya se encuentran aquí y el otorgamiento de visas temporarias de trabajo a extranjeros.

“Salgo con la impresión innegable que el presidente de Estados Unidos pensó que nuestra propuesta merecía ser estudiada”, afirmó Pence.

Funcionarios de la Casa Blanca citados por la prensa estadounidense indican que Bush está dispuesto a negociar el tema con los republicanos de la Cámara baja para que al menos parte de la reforma migratoria sea aprobada antes de las elecciones legislativas de noviembre.

Bush “cree que esta noción de una cosa que puede desencadenar otra es algo que debemos estudiar, y estamos haciéndolo”, dijo al diario The New York Times Candi Wolff, directora de asuntos legislativos de la Casa Blanca.

La Cámara baja aprobó a fines de 2005 un proyecto de ley que se limita a endurecer los controles fronterizos y criminalizar a los indocumentados, una propuesta radicalmente diferente a la apoyada por Bush y por el Senado.

El tema se encuentra estancado en el Congreso, que debía designar una comisión de legisladores para conciliar los textos aprobados por ambas cámaras.

Pero el liderazgo republicano de la Cámara de Representantes decidió en su lugar celebrar audiencias migratorias por todo el país durante el verano boreal, a lo cual el Senado respondió anunciando sus propias audiencias en otras ciudades del país.

Las primeras de estas audiencias tuvieron lugar el miércoles, y evidenciaron una vez más las divisiones entre republicanos en la Cámara baja y el Senado.

En San Diego, los representantes republicanos llamaron a construir un muro de más de 1.000 km con México en una audiencia convocada bajo el título “Vulnerabilidades a las amenazas terroristas en la frontera”.

En Filadelfia, los senadores republicanos llamaron como testigo al alcalde de Nueva York, su correligionario Michael Bloomberg, quien indicó que su ciudad “colapsaría” si todos los indocumentados fueran deportados, tal como reclaman algunos legisladores.

“No es aceptable tener un acercamiento que no sea integral”, afirmó por su lado el senador demócrata Edward Kennedy, co-autor de la mayor parte del proyecto de ley aprobado por la Cámara alta junto al republicano John McCain, en una teleconferencia de prensa desde Filadelfia.

Entre tanto, Bush decidió visitar el mismo día una tienda Dunkin’Donuts en Alexandria (Virginia), propiedad de dos hermanos iraníes-estadounidenses y donde trabajan una guatemalteca y un salvadoreño.

“No podemos echar a patadas a gente que ha estado aquí durante un tiempo. Así que espero trabajar con el Congreso en un plan racional para asegurar que la gente que ha estado aquí, los 11 millones más o menos que han estado aquí durante un tiempo, sean tratados con respeto y dignidad”, dijo Bush.

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