George Bush quiere subsanar nexos con Europa

George Bush quiere subsanar nexos con Europa

WASHINGTON (EFE).- El presidente de EEUU, George W. Bush, emprende hoy un viaje por Europa en el que intentará reforzar la alianza entre Washington y sus socios europeos, tras la fractura que produjo la guerra de Irak.

Bush ha destinado a esta gira europea el primer viaje exterior de su segundo mandato, en lo que ha querido ser un gesto simbólico de la voluntad de Washington de reconstruir sus vínculos con Europa.

Sin embargo, y a pesar de que la guerra y ocupación en Irak han simbolizado las diferencias entre los dos lados del Atlántico, hay también agudas diferencias acerca del Protocolo de Kioto, las ventas de armas a China o lo que Europa percibe como unilateralismo de EEUU.

Bush estará el lunes y martes en Bruselas, para cumbres con la Unión Europea (UE) y la OTAN, y numerosos contactos bilaterales; el miércoles visitará Alemania y el jueves Eslovenia, donde también se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin.

El viaje permitirá «reafirmar la importancia de nuestra relación transatlántica con nuestros amigos y aliados», afirmó Bush hoy en su discurso radiofónico de los sábados, dedicado a elogiar los vínculos entre EEUU y Europa.

«Los valores e intereses de Europa y Estados Unidos son los mismos: derrotar al terrorismo, vencer la pobreza, aumentar el comercio y promover la paz», añadió.

Además, Bush ha dicho que espera avanzar con sus aliados europeos una estrategia común sobre las crecientes diferencias con Siria y el programa nuclear de Irán.

Bush es muy impopular en Europa, y por ello la Casa Blanca ha programado diferentes eventos para tratar de que el nuevo mensaje del presidente pueda calar, tanto entre gobiernos como ciudadanos.

Así, Bush pronunciará un discurso este lunes en Bruselas, antes de las cumbres del martes, para tratar de sentar el nuevo tono que quiere dar a la relación durante los cuatro años de su segundo mandato. Ese mismo día, cenará con el presidente francés, Jacques Chirac.

El presidente estadounidense celebrará también el miércoles una mesa redonda con ciudadanos de Alemania, uno de los países que recibieron más críticas desde el Gobierno de Washington por su oposición a la guerra de Irak.

Y Bush y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, participarán en un acto con soldados de ambos países que han servido en Afganistán, pensado para celebrar la cooperación militar conjunta.

Claramente, Bush y su Gobierno buscan dejar atrás los momentos que rodearon a la guerra de Irak, en la que Francia y Alemania fueron definidos en Washington como «la vieja Europa», Alemania fue comparada con Cuba o Libia, y los conservadores de EEUU trataron de proscribir todo lo francés de su país.

Sin embargo, a pesar del nuevo tono que quiere exhibir Bush, y que ya fue mostrado en la gira europea de este mes de la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, EEUU y Europa siguen teniendo muchas diferencias.

Por ello, está por ver si detrás del nuevo tono de Bush hay una auténtica voluntad de cooperación con sus socios europeos.

En Washington, los analistas perciben algún cambio en el hecho de que el presidente vaya a Bruselas y visite las instituciones europeas para subrayar que quiere trabajar con Europa.

Para Philip Gordon, un analista de Brookings Institution, «el escepticismo que afrontará el presidente cuando vaya a Europa es tan grande que las palabras no serán suficientes».

De momento, no van a faltar asuntos en los que probar esa nueva voluntad y medir hasta qué punto europeos y estadounidenses pueden convivir de forma amistosa y productiva a pesar de sus diferencias.

Y las diferencias son muchas: EEUU se opone a que la UE levante el embargo de armas a China, y también quiere que Bruselas incluya a Hizbulá en su lista de organizaciones terroristas.

Además, Bruselas busca infructuosamente que EEUU se implique más en las negociaciones con Irán para tratar de que este país elimine su programa nuclear militar.

Los europeos siguen reprochando a Washington su rechazo al Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, que precisamente entró en vigor esta semana, y a la Corte Penal Internacional. También están las habituales disputas comerciales.

Y sobre Irak, Bush recibirá en la OTAN un aumento del apoyo a la formación de policías y soldados iraquíes, aunque muchos de ellos fuera de suelo iraquí.

Sin embargo, Gordon avisó de que Washington no obtendrá mucho más hasta que no deje el monopolio de las decisiones sobre Irak.

A pesar de todo, los dos gigantes de ambas orillas del Atlántico parecen darse cuenta de que juntos pueden lograr más cosas, y esta semana puede ser el momento propicio para intentarlo.

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