Según el resultado de una encuesta realizada el 4 de junio por el Programa de televisión ABC News, aproximadamente dos tercios de los Estadounidenses dicen que en general los líderes religiosos no deberían intentar influir en la opinión que los políticos tienen sobre los diferentes temas. Sin embargo, noticias recientes informan que las nuevas campañas de los
Partidos Republicano y Demócrata tienen interés en captar el voto de los votantes religiosos de todo el país, así que está claro que la dinámica entre religión y política en Estados Unidos sigue siendo un elemento constante en el clima político del país.
El papel que desempeña la religión en la política y, en particular, en las elecciones presidenciales tiene largo historial. Un ejemplo fue la cuestión del catolicismo del senador John F. Kennedy, como candidato demócrata presidencial. En 1960 Kennedy pronunció un discurso ante clérigos protestantes en Houston en el que les aseguraba, tanto a ellos como a los votantes, que su fe católica no influiría en sus decisiones políticas. Creo en un Estados Unidos en el que la separación entre la iglesia y el estado es absoluta, afirmó.
En ese entonces la línea divisoria entre los votantes católicos y protestantes quedó marcada claramente: 75 por ciento de votantes católicos votó a favor de Kennedy mientras que 75 por ciento de los votantes protestantes votó a favor de Richard Nixon, que en ese momento era candidato del Partido Republicano.
Hoy, sin embargo, a los votantes no parece importarles mucho a qué fe cristiana pertenecen sus dirigentes, dice Clyde Wilcox, profesor de gobierno en la Universidad de Georgetown. Lo que de verdad les interesa es que la fe religiosa de su presidente sea sincera.
En la era moderna, el papel de la religión en la política ha evolucionado de ser un tema con la afiliación religiosa del candidato hasta convertirse en un asunto sobre las tendencias religiosas de los votantes y lo que ello indica sobre sus opiniones en cuestiones políticas específicas.
Una encuesta de la empresa Gallup realizada en marzo de este año encontró que 64 por ciento de los votantes empadronados dice que sus creencias religiosas personales y su fe serán un elemento importante a la hora de decidir su voto del presidente este año. Teniendo esto presente, tanto el partido Republicano como el Demócrata le han dado mucha importancia a que sus campañas tengan mayor alcance religioso. Por ejemplo, el sitio electrónico del Comité Nacional Republicano destaca a coordinadores que pertenecen a varios grupos religiosos, entre ellos católicos, protestantes (evangelistas y otros), judíos y musulmanes.
Según una encuesta del diario USA Today, se calcula que quienes asisten a oficios religiosos – grupo demográfico que la campaña de Bush persigue con ahínco votarán a favor de los republicanos el día de los comicios. Debido a un fenómeno que esta encuesta describe como brecha religiosa, la brecha no es la que existe entre católicos y protestantes, o judíos y no judíos sino la de votantes religiosos que asisten a oficios religiosos de forma asidua y es probable que voten a favor del partido republicano y los del otro lado, aquellos que asisten a oficios religiosos sólo de vez en cuando o nunca.
En abril, el senador John Kerry, presunto candidato demócrata, nombró a Mara Vanderslice, una cristiana evangélica, al puesto de coordinadora de servicios de extensión religiosa de su campaña. El diario USA Today cita a Vanderslice quien dice acerca de su nueva tarea que lo más importante que debemos empezar a hacer es encontrar ocasiones en que John Kerry pueda compartir su experiencia de fe con el electorado estadounidense, y mostrar cómo la fe le ha dado aliento en su compromiso con el servicio al público y cómo ha influido en su vida.
Aunque ambos partidos intentan llegar en general a los votantes religiosos, dos grupos en especial han recibido gran parte de la atención tanto de los partidos como de los candidatos, a saber: los católicos y los protestantes evangelistas. Sin embargo, estos dos grupos representan
grupos de votantes muy diferentes, con diferentes inquietudes y tendencias de voto. Es probable que ambos partidos apliquen diferentes estrategias en la campaña para llegar a estos votantes.
Kerry será el primer candidato católico en conseguir la nominación presidencial desde que lo hiciera el difunto presidente John F. Kennedy. Aunque anteriormente se consideraba a los votantes católicos como un bloque, hoy muchos analistas están de acuerdo en que sencillamente hay demasiados votantes católicos casi el 20 por ciento de los votantes son católicos como para considerarlos una ente votante único. Según una encuesta realizada por el Foro Pew sobre religión y vida pública, solamente 32 por ciento de los católicos afirman que sus creencias religiosas inciden de vez en cuando o frecuentemente en su decisión de voto. A fin de cuentas, los católicos acuden a las urnas pero les distinguen otras características: como ser veteranos militares, miembros de sindicatos, residentes del nordeste, jóvenes, ancianos, dijo el encuestador John Zogby. Ser católicos no es la característica
identificadora clave.
Muy por el contrario, los resultados del estudio Pew sobre protestantes evangelistas revelan que más de dos tercios de quienes se definen a sí mismos protestantes evangelistas dicen que sus creencias religiosas afectan su decisión de voto.
Los evangelistas apoyan firmemente varias posiciones republicanas, entre ellas la oposición al matrimonio entre homosexuales, a la investigación de células estaminales y al aborto y, según el estudio Pew, 70 por ciento de ellos apoyan a Bush en su reelección. La campaña Bush también intenta llegar a los casi cuatro millones de votantes religiosos de talante conservador que no votaron en las elecciones presidenciales del 2000, y ha emprendido una vigorosa
iniciativa de empadronamiento dirigida a este grupo.
Es posible que la campaña Kerry no tenga éxito en conseguir el voto de los evangelistas debido a las diferencias ideológicas que les separa en muchas cuestiones claves. No obstante, los demócratas están llegando a votantes religiosos de talante político más progresista. El 9 de junio más de 350 votantes liberales de diversa fe religiosa se dieron cita en una conferencia en Washington DC, patrocinada por el Centro para el Progreso Estadounidense, un instituto de investigación de perfil demócrata. Los participantes hablaron de reforzar cada vez más el papel de los votantes y de las organizaciones religiosas de la corriente principal en la
sociedad, conocida como la izquierda religiosa, en la política y elecciones estadounidenses.