Gerardo Diego es el nombre del prominente escritor y poeta español que perteneció a la llamada Generación del 27, denominada también la Generación Deportiva, porque sus integrantes, entonces un puñado de jóvenes talentosos, optó por incursionar a través de sus creaciones literarias en torno al tema deportivo. El personaje de la entrega de hoy fue uno de los que con mayor inspiración y calidad se manifestó a través de originales versos sobre esta esencial actividad humana.
El ganador del Premio Cervantes en 1979, es el autor de “Regatas” y “El Salto”, dos hermosos poemas que ponen de manifiesto su admiración por la práctica deportiva, reservándole un especial espacio dentro de su intensa labor intelectual y académica.
La regata es una competencia deportiva de velocidad entre embarcaciones y puede ser de remo o de vela. Las primeras suelen realizarse sobre un recorrido marcado por boyas, mientras que las de remo se celebran en mar abierto, cauces, rías, lago y pantano. En la modalidad de remo olímpico, las regatas más conocidas se llevan a cabo en un campo situado en un río, lago o embalse. La distancia oficial en las competiciones internacionales y nacionales es de 2000 metros.
El salto es el acto y el resultado de saltar. Dentro del ámbito deportivo, son varias las disciplinas que utilizan el término salto en su nombre: salto de longitud, salto de altura, salto con pértiga, el salto mortal en gimnasia y el salto en natación.
Gerardo Diego Cendoya nació en Santander el 3 de octubre de 1896, y murió el 8 de julio de 1987. Estudió la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Duesto y se doctoró en Madrid. Fue catedrático de Lengua y Literatura en los institutos de Gijón, Soria, Santander y Madrid.
La crítica lo señala como figura fundamental de su época, al lograr alternar con maestría la poesía tradicional y la vanguardista, ésta última, siguiendo las corrientes del ultraísmo y el creacionismo. Fue el autor de la antología que dio a conocer a los integrantes de la Generación del 27. También se destacó como crítico literario, musical y columnista de varios periódicos. En 1925 obtuvo el Premio Nacional de Literatura, y dirigió dos de las más importantes revistas españolas de su época: Lola y Carmen.
En el aspecto ideológico, a diferencia de gran parte de sus compañeros escritores, defendió durante la Guerra Civil Española las posiciones más conservadoras contra los defensores de la República, incluso produjo poemas políticos en defensa de los sublevados y de los voluntarios falangistas de la División Azul.
En su vasta bibliografía poética sobresalen sus libros: Versos Humanos, La Sorpresa, El romancero de la novia, Manual de Espumas, Poemas adrede, La luna en el desierto, Ángeles de Compostela, Paisaje con figuras, Viacrucis y Alondra de verdad, Visitación de Gabriel Miró, entre otros.
Presentamos a nuestros amables lectores un hermoso poema de su libro Versos Humanos:
REGATAS
Regatas, blancas regatas
de mi niñez novelera.
Abordajes de piratas
sobre la mar marinera.
Diminuto espectador
que con los ojos abiertos
vuelas en tu mirador
a otras playas y otros puertos,
persiguiendo desde el muro
las paralelas estelas,
sagitario del maduro
arco tenso de las velas.
A la marina ruleta
apuestas tu corazón
por el del aspa violeta
en el blanco grimpolón.
aquel que pilota un hombre
con un ancla en el jersey,
el que lleva sobre el nombre
una corona de rey.
Espectador, no ha lugar
a que goces tus novelas.
Ya no es tiempo y en la mar
agonizan las estelas.
Deja que juegue -y que ría
la frivolidad naval.
Tu vida será algún día
una regata mortal.