Gerenciamiento social

Gerenciamiento social

Manejar el sector salud es cuestión de tradición y orgullo profesional, mas que de eficiencia gerencial. Lo mismo se aplica a la educación, el IDSS o la seguridad social en la parte médica.

Muchos programas sociales se encajonan en el mismo esquema. Pero ya es tiempo de buscar profesionales en economía, finanzas o administración para gerenciarlos, sin importar sus conocimientos en la materia.   

El problema es que estas instituciones o programas lo que necesitan es ser manejados  con eficiencia. ¿Por qué un economista o administrador de empresas no puede ser secretario de Salud Pública? Eso cambiaria mucho las cosas, optimizando el manejo de los recursos humanos, físicos y financieros.

No se trata de cualquier persona, porque sea simplemente genio de las ciencias sociales, sino de gente con amplia experiencia gerencial y con una sólida base profesional en campos afines a la administración.

Para cubrir las aéreas de la salud propiamente dichas hay varios subsecretarios que son médicos y decenas de directores mayormente médicos. Esto también se aplica a los hospitales, donde lo ideal es que sean administrados por profesionales con conocimientos y experiencia gerencial. 

¿Estamos descubriendo el cebo tibio? Claro que no. Y no voy a referirme a Estados Unidos o Europa, sino a países que, como Chile, tienen profesionales no médicos administrando todas las áreas de la salud.

En agricultura, aunque ha habido excepciones, como el caso de un  abogado nombrado secretario de esta cartera, lo ideal es que se nombren administradores con experiencia que pueden ser agrónomos con formación agro empresarial o financistas y administradores de empresas.

Después de todo, hay miles de agrónomos que laboran en esta institución y ocupan los puestos clave a nivel de campo. Igual sucede con otras instituciones del mismo sector.

En fin, un buen comienzo para remozar la administración pública es dotarle de una nueva dirección, con pensamiento diferente y enfoque renovador. Los partidos tienen en su seno la gente que reúne las condiciones profesionales para estos cambios.

No hay que buscarlos en el mercado, aunque también es bueno que los gabinetes se nutran de gente que no tenga tantos compromisos políticos para cerrar la boca ante los desmanes que a veces se cometen. Alguien que se siente con el Presidente y no tenga miedo de decirle cosas que los políticos de profesión no se atreven a comentarle.

Esa es la diferencia entre un gabinete de políticos profesionales, que sólo escucha sin atreverse a hablar, y otro que participa en las discusiones.  Hay un terror a la figura del Presidente, que si éste dice cualquier disparate se lo celebran.

No es posible implementar ningún programa de reforma institucional con gente dirigiendo estas instituciones.  

A veces se piensa que muchas de ellas no funcionan o lo hacen con total ineficiencia por falta de dinero. Porque su presupuesto es insuficiente, cuando la verdad es que con el mismo dinero podrían mejorar en un 100% su funcionamiento, sólo con un mejor gerenciamiento.

Hagan la prueba y se darán cuenta.

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