Los adultos mayores registran serias afecciones físicas y emocionales, sus enfermedades crónicas se han complicado y muchos de ellos llegan descompensados a las consultas de los médicos. Así lo informó ayer la doctora Rossy Pereyra Ariza, geriatra, quien aconsejó a las familias que saquen a los adultos al menos media hora a dar una vuelta por la ciudad.
La geriatra aseguró que los adultos mayores, por la pandemia y el confinamiento, no están haciendo ejercicios, han perdido masa muscular, pues ya se sobrepasan los seis meses de encierro. La falta de movilidad ha hecho que este grupo poblacional evidencie cada vez más deterioro, dijo la especialista.
Pereyra dijo que la pandemia de covid-19 ha impedido a los adultos mayores ir a visitar sus médicos en forma presencial, lo que ha llevado a que las enfermedades crónicas con las que viven se compliquen, es el caso de la diabetes y la hipertensión arterial.
Más que los problemas físicos, que son importantes, se registra un gran deterioro de la salud emocional de la población de adultos mayores. En el plano emocional, los adultos mayores se han convertido en más dependientes, al no perder la movilidad, se han convertido en seres más vulnerables, insistió la especialista en el cuidado de esa población.
“Esta situación se ha visto en el adulto mayor activo que tenía encuentros con amigos, se reunían una vez a la semana y tenían una vida más activa, de repente el confinamiento acabó con todo ese estilo de vida”, aseguró Pereyra Ariza, al ser entrevistada por Hoy.
Uno de los tema que han hecho complicar la salud de la población de adultos mayores es el temor de ir a sus médicos, “para mí, la telemedicina no es para los adultos mayores”, dijo al señalar que para ellos es más el contacto físico, el saludo y la conversación.
Salud mental Esta población, dijo, se entristece y encoge al verse encerrada, y recomienda que el que tenga acceso al internet, busque videos de como ejercitar la mente y mantener activa la memoria.
Aconsejó que en las familias con adultos mayores se haga una especie de programa planificado para que el aburrimiento y el hastío no socave la salud física y emocional de la gente.