La votación en el Consejo de Seguridad se efectuó a las dos de la madrugada, México, Uruguay, Chile y Perú votaron en contra. Venezuela se abstuvo. Junto a los Estados Unidos votaron los representantes de las dictaduras de Brasil y Argentina, las dictaduras miserables de América Central, del tirano de Paraguay y para su vergüenza, Costa Rica.

La resolución de la Propagandas anti OEA disponía la formación de una Fuerza Interamericana de Paz y el envío de mensajes a los gobiernos de los Estados miembros preguntándoles qué contribuciones militares estaban dispuestas a hacer.

Y resulta «que la integración de una fuerza interamericana significa, «Ipso facto», la transformación de las fuerzas presentes en territorio dominicano en otra fuerza que no será de un Estado, sino de un organismo internacional».

¡TRANSFORMACIÓN! He ahí la palabra que delata la connivencia de la OEA con los invasores. Se transformaban los «marines» en Fuerza Interamericana de PAZ Aquello fue la institucionalización del delito político como norma de las relaciones internacionales de nuestro continente.

En una nueva entrevista que le hiciera el periodista Tad Szulc al coronel Caamaño hablándole sobre las incursiones militares estadounidenses supuestamente accidentales», Caamaño le confesó su determinación de resistir tanto estos ataques pequeños como cualquier ataque masivo que decidieran hacer las tropas invasoras junto a las tropas de San Isidro contra los constitucionalistas. Caamaño afirmó tener 10,000 hombres armados en el centro de Santo Domingo y 37,000 en otros lugares de la ciudad y le ratificó al periodista, de manera cortés pero enérgica, que preferimos morir antes que rendimos».

Para este día se conocía la información de que 30.209 norteamericanos ya estaban en territorio Dominicano. Igualmente se recibe la información de que dos periodistas norteamericanos. Al Burt, del Miami Herald, y Douglas Kennedy, su fotógrafo, habían sido heridos gravemente por el fuego de la infantería de marina en uno de los puestos de control.

La tensión seguía alta en Santo Domingo al acercarse la segunda semana de la revolución. Un despacho especial de Santo Domingo al “New York Times» admite que: «aun cuando las fuerzas rebeldes, de unos 4,700 hombres, están virtualmente rodeadas por las tropas de los Estados Unidos en la zona baja de la ciudad, parecen determinadas a resistir toda intrusión o ataque mientras luchan por obtener que el mundo les reconozca como el Gobierno Constitucional de la República Dominicana».