Una incesante llovizna roció el dolor, bautizó el final del novenario acentuando el frío interior que acompaña a la tristeza. Al día siguiente, la lluvia era torrencial, la tormenta Noel que en 2007 flageló al país, estremecía a San José de Ocoa (SJO) cuando aún lloraba la muerte del padre Luis Quinn, la persona que más ha influido en su desarrollo, con quien compartió 42 años de transformadoras realizaciones.
El pueblo lloró y la naturaleza se unió a su llanto. Llovió a raudales, con desmesura. De repente, sorprendió una tormenta sin la presencia amortiguadora, tranquilizadora del sacerdote que desafiaba los vientos huracanados para llegar en una motocicleta a los parajes incomunicados, el que en medio de la tempestad iba de un sitio a otro llevando auxilio, soluciones, consuelo.
Una prueba de fuego. El ciclón desafió a la Asociación para el Desarrollo de SJO (Adesjo) y toda la población ocoeña. Se sentían apocados, como los apóstoles tras la crucifixión de Jesús.
No estaba el “Padre Protector”, siempre presente en todo y para todos, que exponía su vida en desfiladeros fangosos, bajo lluvias torrenciales y derrumbes, el que en continua entrega de sí mismo se multiplicaba y para todos alcanzaba su ayuda, su amor.
¡Oh, un huracán sin el padre Luis! Carlos Mejía, presidente de la Adesjo (la Junta), evoca ese momento.
__Estábamos apenados, desalentados, y ese abatimiento coincidió con un hecho natural, la tormenta Noel. Saliendo de misa empezó una llovizna, en la madrugada Ocoa se cerró en lluvia y al otro día un derrumbe extraordinario en la zona de Jengibre nos mantuvo ocho días aislados.
Mejía guarda un breve silencio y exclama: Son coincidencias, ¡coincidencias de la vida! Comparte su testimonio José Francisco Sepúlveda, director ejecutivo de la Adesjo, y dice:
__Cuando el Padre Luis fallece la inquietud en Ocoa era ¿qué pasará con la Adesjo, con la obra social del Padre? Algunos pronosticaron: murió la Junta para el Desarrollo. La tormenta fue como una prueba, la vimos como un metamensaje enviado a la población, porque el Padre muere, que es también una tormenta que nos pasa, y se mete una tormenta física, como para probar si lo que él sembró había sido real.
La fuerza de la unión. Despojados de su estupor, reaccionaron sin demora, amparados en la fuerza de la unión, cuyo valor el sacerdote les había enseñado.
__Los ocoeños nos unimos para luchar por la recuperación de la provincia de SJO, para gestionar juntos. El pueblo y las instituciones, alrededor de Adesjo, pudimos demostrar que el Padre Luis seguía viviendo con las acciones que veníamos realizando, y eso nos ayudó bastante a ir recuperándonos de la falta de él, a ir abriendo nuestros propios surcos.
__Y no solo eso, entendíamos que si no hacíamos nada, el Padre había vivido en vano. Lo que se ha hecho de ahí en adelante muestra que él sigue vivo, porque sus seguidores, sus discípulos, hemos seguido haciendo lo que a él le gustaba hacer. No era más que poner en práctica los conocimientos que de él adquirimos.
Hacía nueve días que en el más impresionante funeral de su historia, Ocoa despidió, entre llantos, rezos y cantos, al venerado sacerdote de la orden de los Scarboro, de Canadá, país al que emigró a los cuatro años desde Inglaterra, donde nació en 1928.
Falleció en Miami el 11 de octubre de 2007, recibiendo sepultura el 19 de ese mes en el templo parroquial del municipio de Ocoa.
Lo despidieron sólo físicamente, la vastedad de su espíritu habita en el corazón de la gente, de cada obra realizada, se expande por valles y montañas, en los ríos y bosques que salvó con la reforestación.
Su ilimitado ser pervive en cada resquicio de la geografía ocoeña, escenario de fatigosas jornadas, donde en ropa de faena, cachucha, jean raídos y botas, con las que fue enterrado, tomaba pico y pala para abrir caminos y pozos; conducía un gredar o un tractor roturando la tierra, construía acueductos, viviendas, escuelas, invernaderos, innúmeras obras.
Ante su cadáver, en el rústico ataúd de pino con el que nos siguió dando ejemplo de humildad, prometieron seguir sus huellas y cumplen su palabra. La Adesjo -indica su presidente- está bien estructurada y creo que con las obras que tenemos podemos decir que a partir ahí tenemos una buena historia”, avalada con una serie de proyectos dirigidos a elevar la calidad vida de los pobres y a propiciar su sostenibilidad, ejecutados con el concurso entusiasta, decidido, de las comunidades.
Aunque dista aún de lo que el Padre Luis concibió, su obra se mantiene. Y esto ocurre, pese a que esa provincia sufre el embate de otro huracán con efectos devastadores en todo el país, el cambio de valores, el vendaval político con la compra de conciencias, las ansias desmedidas de poder y riqueza.
Una tormenta menos erosiva en Ocoa por los valores que ese “Mensajero de Dios” encarnó e inculcó: el amor a la educación y al trabajo, la integridad, solidaridad y justicia, dejándonos en herencia una obra espiritual, social y humanitaria de dimensiones colosales. Un legado de enseñanzas, todo un código de vida que hoy cobra más vigencia que nunca.
“Ocoa de Pie” amplía obra Padre Luis
A raíz de la muerte del padre Luis Quinn y los estragos de las tormentas Nouel y Olga, surgió la Fundación Ocoa de Pie, creada por ocoeños y ocoeñas radicados en Santo Domingo, con el propósito de complementar y ampliar la obra del sacerdote en la provincia de SJO, misión que ha cumplido con creces.
“Creamos lo que nos parecía ser el comité del Padre en Santo Domingo para que su legado no se perdiera. La Fundación es el brazo derecho de la Adesjo en la capital. Hemos crecido y trascendido ese propósito original, siguiendo estrictamente su legado, recreándolo”, dice Roberto Santana, uno de sus fundadores y asesor de Adesjo:
“Ese Ocoa que él dejó, en lo que concierne a su legado, se mantiene intacto. A partir del conocimiento que tengo del país y de la región latinoamericana, Ocoa es, probablemente, la provincia de mayor nivel de organización social de México hacia abajo”, dice el ex coordinador del Nuevo Modelo Penitenciario.
Ocoa de Pie, presidida por Nieve Báez, es una institución sin fines de lucro que promueve un desarrollo sostenible y humano en esa provincia y zonas aledañas, enfocando su trabajo en salud, educación, vivienda y otras áreas. Impulsa obras públicas, como la carretera, de la que solo falta el tramo Rancho Arriba-Sabana Larga. Promueve un turismo de montaña sano y sostenible, contribuye en la infraestructura escolar; donó terrenos valorados en varios millones de pesos, auspicia un programa de estímulo y premiaciones a estudiantes y familias.
Además la Adesjo trabaja en coordinación con otras organizaciones provinciales públicas y privadas, entre ellas cabildos, asociaciones campesinas y de invernaderos, clubes de Leones y Rotarios.
1. Misión
La Adesjo, institución sin fines de lucro, promueve el desarrollo integral y sostenible de la provincia de SJO y zonas aledañas, con la participación de las comunidades, a las que acompaña en programas autogestionarios de índole social, económico, ambiental y cultural.
2. Rendición de cuentas
La obra de del Padre Luis es imperecedera, dice Milcíades Mejía, asesor de la Adesjo y ex presidente de la Academia de Ciencias de la RD, enfatizando que siempre pensó en la dignificación del ser humano. El hecho de que a Ocoa llegara ayuda de distintos países e instituciones fue por la confianza en el Padre, en su gestión. Él era muy exigente con la rendición de cuentas, exigía a sus empleados la pulcritud en el manejo de fondos.
3. Viviendas, escuelas.
Entre las obras ejecutadas por el padre Luis en Ocoa figuran 50 invernaderos, 96 acueductos y pozos de agua; 600 kilómetros de caminos vecinales, construcción de 2000 viviendas y reparación de 7,000. Plantación de 12 millones de árboles para reforestar, 69 escuelas y centros vocacionales, 11 clínicas rurales, 13 centros comunitarios, letrinas, 3 microcentrales hidroeléctricas y sistemas de riego.