FIFA espera que el Mundial mejore los Derechos Humanos en Catar

FIFA espera que el Mundial mejore los Derechos Humanos en Catar

BRUSELAS. La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) trabajará con los organizadores del Mundial de Catar 2022 para mejorar la situación de los Derechos Humanos en el rico emirato del Golfo Pérsico pero no se replanteará la elección del país.

La organización del Mundial en Catar representa «un riesgo y una oportunidad».

«El Mundial puede ayudar a mejorar la situación de los Derechos Humanos», aseguró este jueves Theo Zwanziger, miembro del comité ejecutivo de la FIFA, durante una ponencia ante la Comisión de los Derechos Humanos del Parlamente Europeo en Bruselas.

Zwanziger admitió que la situación de los trabajadores inmigrantes empleados en las obras de las sedes mundialistas es «inaceptable» y «horrible» pero, para él, «quitar el Mundial de Catar sería contraproducente» además de que, por ahora, la FIFA no puede «jurídicamente» anular la cita catarí.

«Aunque les quitemos la cita, en Catar seguirán produciéndose violaciones de los Derechos Humanos», añadió el directivo.

También prometió que la FIFA «no mirará hacía otro lado» ante los abusos y subrayó que la organización «no lo puede hacer todo».

«El Mundial puede traer mejoras a largo plazo», insistió. En la reunión en Bruselas también estaba Gilbert Houngbo, director general adjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y Sharan Borrow, secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos (CIS), que calificó de «sistema feudal» el régimen laboral catarí, en el que los derechos de los trabajadores son casi inexistentes.

«Catar es un estado esclavista», afirmó Borrow. El jugador franco-argelino Zahir Belounis contó con lagrimas en los ojos sus «dos años de calvario» en Catar donde estuvo retenido, sin poder abandonar el país, debido a un conflicto salarial con su club.

En Catar, el país con el PIB (Producto Interior Bruto) per capita más alto del mundo (110.000 dólares al año), uno de los pilares de la economía es la regla del patrocinador (kafala en árabe), que impide a todos los trabajadores extranjeros, incluidos los occidentales, romper un contrato de trabajo sin tener el aval de un tutor, que suele ser el propio patrón.

James Lych, de Amnistía Internacional, describió esa situación como «trabajo forzado». «El sistema feudal de la kafala existía antes de la concesión del Mundial. No veo qué podemos hacer nosotros. La FIFA no puede abolir el sistema de la kafala y son otros lo que deben hacer presión para que este sistema desaparezca», se defendió Zwanziger.

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