El arquitecto y artista italiano Gianfranco Fini, residente en República Dominicana desde hace más de veinte años y conocido por la ejecución de interesantes proyectos, exhibe la muestra “Reflexiones sobre Prometeo” en la Galería ASR Contemporáneo.
Esta es la segunda exposición individual de Fini en el país, quien luego de años sumergido en el mundo de la arquitectura, vuelve a reecontrarse con la que dice ser su vieja pasión, la pintura.
En ella plasma un importante cuerpo de trabajo que aborda la problemática de la energía, específicamente, el impacto del uso indiscriminado del carbón vegetal en el país.
Además, estimula a reflexionar sobre el fuego como elemento primordial ligado a la existencia humana desde sus albores.
Lo más curioso de la exposición es que el artista plantea relaciones y juegos entre fondo y forma, explorando la conjugación entre los materiales orgánicos y pictóricos.
Según cuenta Fini, además del carbón, en la muestra prevalecen elementos como pan de oro, pintura acrílica, grafiti, trozos de manglar, masilla, piedras minerales y semipreciosas, entre otros.
Indica que combina elementos muy distantes, por ejemplo, “una pieza tan fina como una lámina de pan de oro con una muy pobre como el carbón”. Todo esto está plasmado en veinticinco cuadros y una escultura.
Sobre el nombre “Reflexiones sobre Prometeo”, refiere un mito griego que cuenta como este titán, un gran defensor de los humanos, entrega el fuego y la enseñanza de sus artes.
La exhibición estará abierta hasta el 15 de julio de lunes a viernes de 10:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, y sábados de 10 de la mañana a 1:00 de la tarde.
Preparación artística. Durante sus años de juventud, Gianfranco Fini estudió en el Liceo Artístico Ripetta, donde se graduó de artista.
Hizo sus primeras exposiciones junto a un grupo de jóvenes pintores de su generación, muchos de los cuales hoy son figuras importantes del arte a nivel internacional, entre ellos destacan Mario Schifano, Yannis Kounellis, Enrico Castellani, Mario Ceroli, Pino Pascali y Franco Lo Savio.
En esa época decidió ingresar también a “La Sapienza”, Facultad de Arquitectura de la Universidad de Roma, y desde aquel momento empezó una vida paradójica, una disputa constante entre sus dos pasiones, la pintura y la arquitectura. En la mañana frecuentaba la universidad y por la tarde se juntaba con sus amigos artistas a hablar de pintura y de arte en interminables tertulias. Pero llegó un momento en el que tuvo decidirse por una única vía, la arquitectura o pintura. Y entonces se decidió por la arquitectura.