Gigantes energía dicen que quieren ayudar a pobres

Gigantes energía dicen que quieren ayudar a pobres

Las grandes empresas petroleras y carboníferas quieren ayudar a los de más abajo. Exxon Mobil Corp., Chevron Corp., Peabody Energy Corp. y Glencore Plc se han esforzado cada vez más por presentarse como paladines de los pobres del mundo. Miles de millones de habitantes de los países en desarrollo necesitan tener acceso a petróleo, gas natural y carbón de bajo costo para pasar de la pobreza a la clase media, dicen.

En tanto enviados ambientalistas de casi 200 países se reunieron en Lima para negociar los límites de los gases con efecto invernadero, Exxon instó esta semana a los gobiernos a prestar atención a lo que llamó “este imperativo del progreso humano” al diseñar las normas para el clima. El máximo responsable ejecutivo de Peabody, el mayor productor de carbón estadounidense, fue más directo en septiembre, sosteniendo que sería “errado y contrario a los pobres” rechazar los combustibles fósiles.

“Decidieron que pueden estar del lado de los ángeles y vender, no obstante, mucho petróleo y gas”, dijo Michael Lynch, presidente de Strategic Energy Economic Research con sede en Winchester, Massachusetts. “Están descubriendo que pueden decir ‘Esto es lo que ocurrirá, pero no es todo inmoral y feo’”.

Exxon pasó años negando directamente la existencia del cambio climático generado por el hombre para luego decir que las personas podían adaptarse a temperaturas más cálidas. Incorporarse a los emprendedores solitarios del mundo en desarrollo y propiciar un enfoque equilibrado constituye una postura más sutil. La cual es susceptible, también, de dividir a los gobiernos que buscan consenso respecto de cómo evitar el cambio climático.

Escollo. Las tensiones entre las naciones industrializadas y los países en vías de desarrollo son desde hace tiempo un escollo en las conversaciones mundiales sobre el clima. Las emisiones de gases con efecto invernadero, atribuidas generalmente a la quema de combustibles fósiles, alcanzaron un máximo histórico en 2013 –un récord vinculado directamente a la creciente prosperidad en el mundo en desarrollo y a todos los autos, bienes de consumo y consumo de electricidad que la acompañan.

Otro punto conflictivo es que los peores efectos del riesgo del cambio climático están afectando más a los que tienen menos. Las sequías que asolan los cultivos en África Subsahariana, por ejemplo, pueden generar déficits alimentarios y agitación civil. Entre los países que enfrentan “riesgos extremos” por el cambio climático, según la firma investigadora del Reino Unido Maplecroft, figuran Bangladesh, Sudán, Burundi y Afganistán.

“Las condiciones de vida con carencia económica y energética son alarmantes”, dijo Greg Boyce, máximo responsable ejecutivo de Peabody, en una entrevista en octubre. “No quiero decir con esto, obviamente, que olvidemos el CO2, nunca fue ése nuestro punto de partida. Pero decimos que la pobreza es el problema humano y ambiental número uno que tenemos en la actualidad”.

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Una tarea difícil

Defender los combustibles fósiles y los miles de millones que fluyen de ellos cuando los científicos advierten sobre un daño ominoso e irreversible al medio ambiente nunca ha sido fácil, y la tarea está volviéndose más difícil ahora que gobiernos como Pekín y Washington aceptan que las políticas energéticas deben cambiar.

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