Apenas tendría unos diez años cuando el actor de cine y teatro Gilberto Hernández empezó sus pininos en la actuación. Los clubes y la iglesia San Juan Bautista del barrio La Zurza fueron los primeros testigos de su arte; una pasión que se fue acrecentando con el pasar de los años y que le llevó a la escuela de Bellas Artes para profundizar sus estudios, los cuales concluyó en 1996. “Me tocó un grupo muy bonito”, afirmó a ¡Alegría!
La búsqueda y la sed de conocimientos lo guiaron a Cuba, en donde continúo su preparación en Casa de las Américas. Se mantiene actualizado constantemente a través de charlas y talleres.
Gilberto debutó de manera profesional en la obra “Ricitos de oro”, dirigida por Osvaldo Añez.
“La actuación para mí es una necesidad. Le doy gracias a Dios porque estoy haciendo lo que quiero. Representa para mí una forma de comunicar y de sentirme mejor con el mundo. Es mi espacio, es donde me desconecto”, aseguró el actor, quien además mostró sus dotes como director en la obra “El oso”, del dramaturgo ruso Antón Chéjov.
En sus veinte años de carrera profesional, Gilberto ha trabajado con destacados directores y actores dominicanos. Desde el 2005 pertenece a la Compañía Nacional de Teatro.
Gilberto ha hecho también carrera en el cine. Ha actuado en las producciones “Viajeros”, “Ladrones a domicilio”, “Arrobá”, “Un lío de faldas”, “De pez en cuando”, “La gunguna”, “No hay más remedio” y “Del color de la noche”. Ha participado en producciones de Alemania y de la BBC de Londres.
“Yo le agradezco todo al teatro. Como en cualquier otra profesión hay que fajarse, yo me he diversificado. También hago pantomima”, señaló Gilberto convencido de que el cine ha venido a ayudar a los actores. .