El flamante alcalde de Santiago de los Caballeros, doctor Gilberto Serulle, enfrenta un reto y/o legado de caos que le endosó de manera muy irresponsable su antecesor, José Enrique Sued Sem.

Cuentas embargadas del cabildo; deudas por RD$2 mil mm; arrabalización del casco histórico; ni un solo parqueo construído por Sued Sem en doce años (tres períodos); cientos de obras inconclusas, pero ninguna iglesia entre ellas; calles deterioradas en su carpeta asfáltica; cero saneamiento del paso de Yaque del Norte; pésima referencia del aseo que heredó por montañas de basura; saqueo del parque vehicular.

Estrategia para ordenar ese pandemónium, Serulle formará diez minicabildos con su respectivos Consejos de Presidentes de Juntas de Vecinos, que recibirán RD$2 mm mensuales de los RD$150 mm en total que percibe la alcaldía por arbitrios, que reducirán la autonomía de sus ingresos, pero que de seguro planeará cómo obtener más sin nuevos gravámenes, cobrando con más eficiencia, clave extrapolada que postra a la CDEEE.

Serulle tendrá que abocarse profundo para superar estas calamidades heredadas y conjuntamente intentar controlar al máximo el torrente de cañadas que contaminan terriblemente el lecho lánguido de Yaque del Norte, una cloaca pestilente y nauseabunda que no recibió nadita de Sued Sem, pero tampoco de gobernante, nunca.

El nuevo alcalde de la segunda ciudad importante del país en todos los aspectos desde que nació la República en 1844 cuenta con 21 de los 41 regidores, 20 son del PLD, un mínimo de uno para superar el caos y devolver a Santiago de los Caballeros la armonía edilicia que su antecesor no obtuvo, concluyendo su ciclo político en forma vergonzante.