En la República Dominicana las mujeres que acceden a realizarse una histerectomía o extirpación de útero lo hacen por razones de salud e indicación médica.
Así lo aseguró ayer el doctor Martín Ortiz, presidente de la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia, quien habló del tema a propósito de la decisión del papa Francisco, quien consideró a la misma «moralmente lícita».
El procedimiento se prescribe en caso de sangrados que ponen en riesgo la vida de la mujer, en caso de tumores como los miomas, en caso de enfermedades oncológicas como el cáncer de endometrio. Todo esto dependerá de la edad de la paciente, dijo el facultativo. Si una mujer sangra demasiado, eso la llevará a una anemia crónica y en esos casos se recomienda hacer la histerectomía, precisó el especialista.
Se refiere a pacientes que tienen creencias religiosas, en algunas culturas las mujeres prefieren extirparse el útero para evitar la reproducción, pero en República Dominicana, ese no es un método de planificación familiar. La indicación para no tener hijos es el corte o ligadura de las trompas de Falopio, dijo Ortiz.
Dentro de la Iglesia Católica, movimientos como los catecúmenos sólo permiten la extirpación del útero en caso de una gravedad, dijo el presidente de los ginecólogos.
El papa Francisco habló de histerectomía y de acuerdo al obispo de Roma, debe hacerse cuando ese órgano ya no es idóneo para la procreación y existe la certeza médica de que el embarazo no es viable.
Entonces se señaló que la extirpación del útero es moralmente lícita cuando el mismo constituye un grave peligro actual para la vida o la salud de la madre, y consideraba ilícitas la extirpación del útero y la ligadura de las trompas con el fin de imposibilitar un posible embarazo que pudiera implicar algún riesgo para la madre. La diferencia ahora es que los casos presentados al Vaticano se refieren a situaciones en las que ya no es posible la procreación y los médicos expertos han llegado a la certeza de que un posible embarazo conducirá a un aborto espontáneo. No se considera esterilización la extirpación de un órgano enfermo o que puede producir una enfermedad mortal.