Ginseng: la planta de la vida

Ginseng: la planta de la vida

El ginseng, prodigiosa planta de Corea y China que tiene fama de afrodisíaca, es uno de los remedios naturales más consumidos y estudiados.

Este remedio natural, que se conoce y usa desde hace milenios en la medicina china y cada vez más en Occidente, no sólo es un estimulante del sistema nervioso central (SNC) y ejerce un efecto tónico general sobre el cuerpo y la mente, aumentando la resistencia al estrés, la fatiga y la falta de concentración, todo lo cual constituye su principal aplicación terapéutica.

Ahora se sabe que la hierba oriental hace honor a su nombre de panacea (Panax), ya que un reciente estudio internacional dirigido por el doctor Arsalan Karhazmi, del Hospital Universitario Rigshspitalet, de Copenhague, ha demostrado científicamente por primera vez, que el ginseng estimula la respuesta inmunitaria y protege contra las infecciones.

La planta ejerce su efecto protector por dos vías: por un lado activa los linfocitos Th1, unas células que constituyen una defensa eficaz y precisa del organismo frente a los agentes externos; por otra parte, reduce la actividad de otras células inmunitarias, los linfocitos Th2, las cuales actúan tanto contra las bacterias y virus como contra las células sanas, lo cual puede dañarlas, inflamar los tejidos o incluso agravar la dolencia.

El ginseng es una de las plantas más estudiadas, pero muchos estudios arrojan resultados contradictorios, porque se trabaja con extractos que contienen distintas proporciones de principios activos, lo cual depende del origen, dosis y edad de la planta y de los métodos de extracción y procesado, y época de recolección.

[b]EL PESO DE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA[/b]

Pero según el doctor Karhazmi, “la importancia del trabajo de Copenhague radica en que se ha empleado un extracto de ginseng estandarizado, que contiene exactamente la misma cantidad y calidad de compuestos, por lo cual el trabajo cumple el requisito básico de toda demostración científica: puede reproducirse todas las veces que quiera obteniendo siempre el mismo resultado”.

El estudio danés, que demuestra que el ginseng ayuda al sistema inmune a combatir las enfermedades e infecciones, es el último de una serie de trabajos científicos, que vienen avalando las propiedades de la planta y han demostrado que mejora el poder de concentración, la función del cerebro, el bienestar, la capacidad física y la capacidad de resolver problemas, a la vez que reduce el azúcar en la sangre y el tiempo de reacción.

Según los médicos naturistas asiáticos, que trabajan con esta planta que tiene raíz de forma humana, desde hace más de 4.000 años, el ginseng es un árbol que medra en medio ambientes muy difíciles, y puede trasmitir esa característica a quien la ingiere.

Las personas que enfrentan situaciones difíciles, convalecen de una enfermedad o cirugía, padecen estrés prolongado, sufren cansancio o desgana continua, deben afrontar exámenes o exigencias deportivas o laborales aumentadas, encuentran un tónico de efecto rápido y eficaz, en el Panax ginseng, considerado una planta adaptógena, que ayuda al organismo a adaptarse a situaciones adversas o exigencias de diferente índole.

[b]EL GRAN “CURALOTODO” ASIÁTICO[/b]

La hierba oriental es una especie de “curalotodo” usado en Asia para tratar la anemia, la diabetes, el insomnio y la neurosis, y como tónico para rejuvenecer y revitalizar el cuerpo, sobre todo en las personas de edad. Su efecto varía: estimula a los jóvenes con vitalidad, y fortalece a la gente mayor o debilitada.

El consumo de Panax ginseng ejerce efectos estimulantes y tonificantes, sobre los diversos sistemas del organismo.

Estimula el sistema nervioso, ejerciendo una actividad antihipnótica, sin ocasionar excitación, ni afectar las funciones motoras como sucede con los fármacos destinados a aliviar la ansiedad, el estrés o la depresión, aumenta la actividad cerebral y mejora sus funciones, como la concentración y la memoria.

También mejora el rendimiento físico e intelectual, y ejerce una posible acción positiva sobre la potencia sexual. Asimismo, aumenta la resistencia física al frío, al calor y las radiaciones.

Por su efecto antidiabético, mejora la eficacia de la glucosa y es útil como apoyo al tratamiento de personas con diabetes o intolerancia a la glucosa. El ginseng incrementa la secreción de insulina y regula la formación de glucógeno hepático.

También estimula la suprarrenal y por ello la concentración de la hormona cortisona en el organismo, lo cual explica sus propiedades antiinflamatorias. Debido a sus saponósidos, ejerce una acción antitumoral.

La raíz posee acción hipotensora o hipertensiva, dependiendo de la proporción de los distintos ginsenósidos que contenga. Puede mejorar la disfunción del endotelio vascular en pacientes con hipertensión y produce vasodilatación en las arterias cerebrales.

[b]ANATOMÍA DE UNA PLANTA[/b]

La primera palabra de su denominación, Panax, deriva del griego “panakos” (panacea), que significa “remedio para todas las enfermedades”. El término ginseng deriva de los vocablos chinos que designan la planta: jin (hombre) y chen (tríada), refiriéndose al hombre, el cielo y el ginseng.

Originario de las zonas montañosas del este de Asia, especialmente Corea, hoy se cultiva en ese país, así como en China, Japón, Bulgaria y Rusia oriental. Vive en los bosques fríos, semiumbríos, con suelos ricos en minerales y en humus, areno arcillosos y húmedos.

Existen dos tipos básicos de ginseng coreanos: el rojo, considerado el más rico en principios activos y recolectado a los seis años, que se consigue sometiendo las raíces a una corriente de vapor y secándolas al sol. El blanco, recolectado a los cuatro años y considerado de menor calidad, se seca directamente al sol.

De esta planta herbácea, de hasta un metro de alto, se emplea con fines medicinales sólo su raíz.

El poder estimulante y adaptógeno de la planta se debe a su combinación de principios activos: saponósidos triterpénicos, vitaminas del grupo B y C, y aminoácidos. También contiene aceite esencial, minerales como el magnesio, el fósforo y el cobre, y distintos fitoestrógenos, unas sustancias que ejercen una acción análoga a la de algunas hormonas femeninas.

Se utiliza sobre todo para combatir los estados de ansiedad y estrés, así como la fatiga física y psicológica, y afrontar los estados o etapas de mayor esfuerzo o exigencia del cuerpo y la mente. También se usa para estimular desde la resistencia y el rendimiento en el deporte hasta la energía, la atención, la actividad sexual, la memoria y la concentración.

El ginseng se indica asimismo en estados de agotamiento físico, agotamiento mental y astenia, y para aumentar las prestaciones físicas e intelectuales, la capacidad de reacción y la función respiratoria. Por vía oral, el ginseng se toma en forma de extractos secos encapsulados o en polvo, extractos líquidos, tintura o decocción. Aunque es menos habitual, también se puede aplicar en nebulizados, licores, vino de ginseng, goma de mascar y raíz cruda. Esta planta también es ingrediente de numerosos suplementos dietéticos, destinados a estimular el organismo.

Los chinos consumen el ginseng desde hace siglos, para estimular el deseo sexual. Según los partidarios de este uso, esta raíz favorece la erección en el hombre y la excitación sexual femenina, al impulsar la producción de esperma y de hormonas.

Un remedio chino muy usual como vigorizante sexual consiste en echar un gramo de raíz de ginseng en la sopa de verduras y tomarla cada día. Pero pese a su reputación de afrodisíaco, aún no hay evidencia concluyente de que estimule el apetito sexual.

[b] SI TOMA GINSENG, TOME PRECAUCIONES[/b]

Debido al uso continuado, puede aparecer el “síndrome de abuso del ginseng”, caracterizado por hipertensión arterial, nerviosismo e insomnio. Para evitarlo, se aconseja tomarlo durante más de seis semanas seguidas. Su consumo excesivo también puede causar dolor en el pecho, efectos estrogénicos, cambios en la menstruación y aumento de la líbido. Estos efectos remiten al disminuir la dosis o discontinuar el tratamiento.

Dado que es un estimulante, no hay que excederse en las dosis ni tomarlo junto con otras sustancias que estimulen el organismo, como el café, los refrescos de cola o el té, que contienen cafeína.

Además, el ginseng puede disminuir el efecto depresor de algunos psicofármacos, interferir la acción de la clorpromacina, y potenciar la acción de los medicamentos denominados IMAOs, pudiendo provocar crisis hipertensivas, cefaleas, temores y manías. Hay que consultar al médico si se toma medicación.

Por otra parte, se desaconseja el consumo de la planta en casos de arritmias cardíacas, hipertensión, ansiedad, nerviosismo, embarazo, debido a la posibilidad de inducción de abortos espontáneos por su efecto hormonal, y durante la lactancia.

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