Roma. EFE. El diseñador italiano Giorgio Armani protagonizó ayer el cierre de la Semana de la Moda de Milán y revolucionó la pasarela con un hombre desaliñado y deportivo que desafía a los cortes más clásicos, sin renunciar a su elegancia pero con una transgresión que tiene nombre propio: la americana.
La propuesta de Armani para la temporada primavera-verano 2011, que contó entre sus espectadores con el cantante puertorriqueño Ricky Martin, cierra un certamen que ha dejado claras sus intenciones de renovar el armario masculino, con muchas reticencias a la corbata y a la camisa.
Y es que, la próxima temporada, el formalismo se pondrá al servicio de la comodidad, con propuestas que sugieren el atrevimiento justo para un hombre elegante y cuidadoso que no renuncia a sus raíces más clásicas. Con esa máxima y en un tono muy alejado del look Alejandro de Emporio Armani, que el pasado domingo impactó en Milán después de dar la vuelta al mundo a través de las imágenes del último videoclip de la cantante estadounidense Lady Gaga, el rey Giorgio renueva y resta seriedad a su chaqueta más clásica.