Para Giovanny Cruz el teatro es “una enfermedad incurable de la cual nunca podemos alejarnos del todo”. Para un actor tan apasionado como él, que ha navegado entre las profundidades de este arte destacándose como dramaturgo, guionista, maestro y director teatral, esta profesión se ha convertido en un tesoro invaluable.
Cruz regresa a su casa: el teatro, con la obra “El vestidor”, pieza que llamó su atención por tratarse de un personaje “con garras”. de esos que permiten a un actor realmente poder construirlo y actuarlo.
“El vestidor” es, además, una de las grandes obras del teatro contemporáneo. Y por último, señaló la condición de actor shakesperiano, “que es el personaje que interpreto”.
Desde 2008, cuando presentó la obra “Barrio 7 Tumbas”, Giovanny no había estado tras el telón, y ahora regresa al teatro con esta obra que lo tiene muy entusiasmado.
De esta pieza, el actor cuenta que presenta a un viejo actor inglés que, a pesar de las recomendaciones médicas, no logra encontrar el camino para retirarse de los escenarios. “Su fiel ayuda de cámara tiene que hacer lo indecible para mantenerlo encausado en los distintos personajes que lleva a escena. A pesar de su edad, el director y actor teatral de ‘El vestidor’, sigue siendo un formidable y exitoso conquistador”, explicó.
El dramaturgo, graduado de la Escuela Nacional de Arte Escénico, dice que para él la carrera teatral es demandante, una enfermedad incurable.
“Uno establece la misma relación que hay entre la luciérnaga y la luz: sabemos todo el riesgo que hay, pero no podemos evitar disfrutarlo y aceptarlo”.
Destaca que el gran placer es el desdoblamiento que se requiere para actuar, y saber que ese mismo día que se presentan sobre las tablas concluye la historia, pero con el compromiso de regresar en otras posible circunstancias, renovados.
Al preguntarle cuál ha sido el mayor aporte que le ha dejado el teatro a su vida dijo: “Pasión, entrega, reconocimiento, disciplina, cultura y elevación espiritual. El teatro es la actividad más honesta de la humanidad. En el escenario no se miente ni cuando ‘morimos’ allí. Cada acción es real; pero dentro de los códigos que el mismo teatro ha postulado”.
Como actor: “Quíntuples”, “Barrio Siete Tumbas” y “Calígula” han sido las obras más importantes de su carrera y como director destaca, además de esas tres anteriores, “Amanda”, “La Virgen de los Narcisos”, “Duendes y locos de las dunas” y ”El sucesor”; mientras como dramaturgo cita “El gato negro”.
El vestidor. La obra de de Ronald Harwood cuenta con las actuaciones de Exmin Carvajal, Yanela Hernández, Luvil González y Karoline Becker, bajo a dirección de Mario Lebrón. La pieza llegará a la sala Ravelo del Teatro Nacional el 21 de agosto y estará por dos fines de semanas, hasta ahora.
La historia sucede en medio de un bombardeo, en la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial, y retrata las relaciones entre los miembros de una compañía shakespeariana, y en particular, la que mantiene el protagonista, un consagrado actor inglés (Giovanny Cruz) con su fiel vestidor, Norman (Exmin Carvajal).
El relevo. Giovanny, quien nació en El Caimito, Moca, en 1953, resalta el trabajo de los jóvenes actores de hoy y reconoce la calidad que tienen sus trabajos.
“Cuando empecé a estudiar Teatro nos inscribimos 47 jóvenes y nos graduamos apenas dos. Hoy, cada año, tenemos una gran cantidad de jóvenes convertidos en actores. Hoy vemos muchos jóvenes que salen del país a perfeccionar sus estudios. Además, la calidad de los artistas de esta generación se evidencia en las distintas realizaciones”, dice.