Dean Green apoya a Donald Trump, en parte por la dura actitud de “depórtenles a todos” que ha mostrado el candidato republicano sobre la inmigración irregular. Pero este republicano de 57 años se detuvo cuando se quejaba por la política migratoria estadounidense, y admitió de deportar a los 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin permiso de residencia separaría a familias.
“No quiero romper familias”, dijo Green. Han pasado 30 años desde que el país reformó su política migratoria, y la ambivalencia de los votantes como Green es uno de los motivos. Los sondeos suelen mostrar que la mayoría está a favor de permitir que se queden las personas sin permiso de residencia, y también de que se apliquen leyes más duras para deportarlas.
“El electorado tiene un conflicto interno, y eso es un problema fundamental”, dijo Whit Ayres, encuestador republicano. “Éste es un tema tan emocional que la razón y los hechos tienen muy poca relación con lo que opina la gente”. Ahora Trump o bien se ha unido o bien intenta aprovechar esa contradicción, al decir que estudia “suavizar” su polémica postura sobre inmigración.
Ganó las primarias republicanas defendiendo una agresiva política migratoria y pidiendo la deportación inmediata de los aproximadamente 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin permiso de residencia. También pidió que se construya un muro en la frontera con México. Pero ahora que está por detrás en los sondeos y tiene problemas para remontar un mínimo récord de apoyo entre los votantes de minorías, ha adoptado un tono más moderado.
“Tomar a una persona que lleva aquí 15 o 20 años y echarla con su familia es bastante duro”, comentó Trump en una reunión local emitida por Fox News, citando lo que le habían dicho algunos partidarios “muy sólidos”.