Glamour y esplendor

Glamour y esplendor

BEIJING. China logró ayer su gran sueño con el inicio  de los  Juegos Olímpicos, con un espectacular despliegue de pompa y pirotecnia en una justa sin parangón por su mezcla de problemas y potencial.

   Como potencia mundial en ascenso, China dio la bienvenida a numerosos dignatarios extranjeros en una ceremonia de apertura presenciada por 91.000 espectadores en el llamativo Estadio Nacional y con una audiencia global de 4.000 millones de dólares. Se le describió como la gala más inmensa y costosa en la historia olímpica, usándose unos 30.000 fuegos artificiales.     El presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro ruso Vladimir Putin sobresalieron dentro del grupo de líderes presentes en acto en el que China proclamó que ya figura entre las potencias. Bush, a quien China reprendió al expresar su inquietud por la condición de los derechos humanos en el país, es el primer mandatario de Estados Unidos en asistir a una ceremonia de apertura en suelo extranjero.

   Convertida ya en potencia económica, China tiene la oportunidad de superar a Estados Unidos en la cosecha de medallas de oro con sus legiones de atletas entrenados intensamente desde la niñez.

   Un choque crucial entre ambos será en la gimnasia femenina, en la que sus respectivos equipos son los favoritos. En la piscina, los clavadistas chinos y los nadadores estadounidenses  deben dominar.

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