Aunque por lo general se piensa que el glaucoma es una condición que solo afecta a los adultos mayores, esto no necesariamente es así, pues existe un tipo de glaucoma congénito que afecta a los bebés desde el vientre materno.
Así lo aseguró el doctor oftalmólogo Tomás Vargas, director y fundador del Instituto Contra la Ceguera por Glaucoma (Incocegla), quien detalló que aunque los casos en el país suelen ser poco frecuentes, existen niños que nacen con esta condición.
El glaucoma, que el doctor Vargas calificó como “una enfermedad hereditaria de los ojos que constituye la segunda causa de ceguera en cuanto a las enfermedades visuales y la primera causa de ceguera irreversible”, consiste en que la presión intraocular tiende a elevarse por encima del valor normal (que está entre ocho y dieciocho milímetros de mercurio) y comprime los vasos sanguíneos de la retina y el nervio óptico, disminuyendo la nutrición al nervio y produciendo muerte celular de las células de la retina y las fibras del nervio óptico, lo que puede llevar -de no ser tratada a tiempo- a una ceguera total.
La presión intraocular del ojo depende de la cantidad de fluido que se encuentre dentro del mismo; cuando no hay un drenaje correcto, éste se tapa y el fluido intraocular no puede drenar. Al acumularse, causa un aumento de presión en el interior del ojo que daña el nervio óptico que es muy sensible, lo que lleva a la pérdida de la visión.
Vargas especificó que las fibras que primero se dañan son las periféricas, por lo que la visión periférica es la primera que se ve afectada.
Inicialmente el cambio en la visión suele ser pequeño y por lo general no se nota, pero con el tiempo, la visión central (directa) también se empieza a perder.
La buena noticia es que con exámenes oftalmológicos periódicos -una vez al año, por lo menos- la detección temprana y el tratamiento puede preservarse la vista del paciente.
Diagnóstico. Es una enfermedad asintomática, por lo que es difícil detectarla a menos que no se haga un examen que mida la presión intraocular, además de someterse al examen del fondo del ojo, pruebas que recomienda que se realicen anualmente.
En el caso de los bebés, al nacer el pediatra verá un tamaño anormal en los ojos, (muy grandes) en cuyo caso el recién nacido debe ser referido a un oftalmólogo especialista en glaucoma. Detalla que lo ideal es que el bebé sea sometido a tratamiento lo antes posible.
El doctor Tomás Vargas precisó que además de la herencia, puede ser causado por una inflamación o una cirugía ocular que se complicó. Un sangrado, trauma o infección y la presencia de diabetes pueden producir daños en el complejo de filtraciones llamado trabéculo, impidiendo el flujo de humor acuoso.
Tratamiento. El especialista señaló que el glaucoma es comparado con enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial que no se curan, por lo que el paciente debe estar en constante tratamiento médico durante toda la vida.
Detalló que existen unas seis sustancias diferentes que se usan para el tratamiento del glaucoma. Muchas veces se hace combinaciones de varias sustancias buscando disminuir la presión ocular.
Vargas señaló que cuando el paciente no responde al tratamiento mediante medicamentos, se suele acudir a la cirugía, haciendo hincapié en que los tratamientos son para controlar la presión en el ojo, más no curar la ceguera.
Avances en el tratamiento del glaucoma. El especialista señaló que los centros oftalmológicos dominicanos no tienen nada que envidiarle a los centros internacionales, y aseguró que estos cuentan con la última tecnología para el tratamiento de esta enfermedad. “Tanto el tratamiento médico, como el quirúrgico han sufrido mejoras significativas”, destacó.