Fidelio Despradel representa lo peor del Movimiento 14 de Junio en términos humanos, teóricos y de valores personales, consideró el historiador Piero Gleijeses.
El autor del libro La Esperanza Desgarrada, sobre la invasión de Abril de 1965 y sus antecedentes, dijo que Despradel y otros miembros del grupo político chantajearon a Manolo Tavárez Justo con amenazas de denunciarlo como traidor y cobarde, porque éste sabía que la guerrilla de Las Manaclas era un suicidio.
El 29 de noviembre de 1964 el grupo se levantó en armas en Las Manaclas, San José de las Matas, y le declaró la guerra al Triunvirato, el Gobierno de transición después del golpe de Estado a Juan Bosch del 25 de septiembre de 1963.
Fidelio Despradel no me impresionaba, como tampoco Roberto Duvergé; de los super sabios el único que me impresionaba era Juan Miguel Román.
Gleijeses ponderó, sin embargo, el rol asumido por el 14 de Junio en 1962 y el de muchos miembros de ese movimiento, los cuales le merecen mucho respeto.
Era correcta la posición de ese grupo cuando decía que no había condiciones para la democracia cuando el poder estaba en manos de las Fuerzas Armadas.
Pero la idea de ese grupo de provocar una guerrilla para impedir las elecciones era completamente equivocada, como lo fue también la intención de enfrentar al Triunvirato aunque eso era moralmente correcto.
El drama del 14 de Junio era la lucha interna, afirmó el catedrático de la universidad norteamericana John Hopkins, quien destacó que esa lucha era más personal que ideológica.
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Sobre Fidelio
Fidelio Despradel nació en 1937. En 1959 se integró a la lucha contra el régimen de Rafael Leónidas Trujillo. Salió al exilio y se incorporó, tanto en Nueva York como en Venezuela, a las actividades del 14 de Junio. Retornó al país en 1961. En 1962 era encargado de organización del citado grupo, y en 1963 participó en las guerrillas contra el Triunvirato y luchó en la Revolución de Abril de 1965.