Glissant: archipiélago de influencias

Glissant: archipiélago de influencias

Edouard Glissant   significa hoy, tras la muerte de Aimé Césaire, una de las mayores referencias del pensamiento caribeño contemporáneo

Finalizando la primavera y  entrando el verano, el 16 del mes de junio que recién concluyó, la Universidad de Cartagena de Indias, Colombia, distinguió al escritor e intelectual martiniqueño Edouard Glissant, con el titulo de Doctor Honoris Causa en el marco del Coloquio “Caribe, archipiélago de influencias”, celebrado en Cartagena, del 16 al 19 de junio, y ante la presencia del rector de la Universidad de Cartagena y de los directores de los Departamentos de Letras, Historia y Literatura de dicho Alto Centro de Estudios, de profesores e intelectuales de la ciudad, así como de investigadores e intelectuales del Gran Caribe.

Junto a Glissant se escucharon voces de reconocida trayectoria en la historia y en la evolución de la cultura del Caribe: Rubén Silié, Delia Blanco, L. Cowie, Edmond Mondésir, Michéle Dalmace, para citar algunos de ellos, y los colombianos Alfonso Múnera, Rómulo Bustos, Jorge Nieves, Lázaro Valdelamar, Eduardo Márceles, Gustavo Bell Lemus, Manuel Guillermo Ortega.

Desde hace más de catorce años, el Director del Instituto Internacional de Estudios del Caribe, también Vicerrector de Investigaciones, doctor Alfonso Múnera Cavadía, dinamiza la Universidad de Cartagena, en su patrimonio histórico, sociológico y literario, compartiéndolo con las sociedades caribeñas insulares.

Este año el Caribe ha sido magnificado en Coloquio Internacional “Caribe, Archipiélago de Influencias”. Por esta razón, el nominado a Premio Nóbel de Literatura, Edouard Glissant ha sido recibido y acogido, pues su obra plantea desde hace más de 40 años el pensamiento caribeño, fundado en “la poética de la relación”.

Este coloquio internacional fue un auténtico acontecimiento que, gracias a la generosidad de la Cooperación Francesa y a la pasión que anima a sus organizadores y delegados en la Cooperación Regional del Caribe y de Los Andes, han logrado unir las islas al continente.

Cabe destacar, que Glissant  significa hoy, y sobre todo, después de la reciente partida de Aimé Césaire, una de las mayores referencias del pensamiento contemporáneo caribeño. Su intervención provocó entre el conjunto de los intelectuales participantes que llegaron desde Trinidad, Jamaica, Santa Lucia, Francia y República Dominicana, un gran debate abierto entre especialistas del Caribe de diferentes disciplinas y regiones.

La exposición de Edouard Glissant, abrió un espacio de relación y de puentes entre el archipiélago y el continente que nos llegó con el ritmo medido y prudente de quien conoce el poder de la palabra y la sabe utilizar, con la intención de compartir con el público su filosofía y su poética. Evocó las aguas del Caribe como un oleaje múltiple sembrado de identidades subterráneas. Habló de aguas nómadas venidas del África hasta nuestras aguas. Creó la metáfora de emanaciones de aguas brotadas de la montaña buscando las aguas del mar “sin masacres ni inundaciones” y deseó para nosotros un surtido de armonía y la liberación de todos los secuestrados de Colombia.

Además, expresó que tuvo desde niño el sueño de conocer a Cartagena; “la ciudad que resonaba en su corazón. Un territorio a donde siempre quise llegar”… y se extendió con la siguiente interpretación: “ya no vemos el mundo de manera sintética y descriptiva. Es decir: cinco continentes, cuatro razas, varias grandes civilizaciones, periplos de descubrimientos y de conquistas. Progresión regular del conocimiento, un porvenir casi previsible…  No solo hay cinco continentes: están los archipiélagos y una infinidad de mares, de aguas, evidentes y ocultas, secretos de los que ya empiezan a conmovernos”.

Los detalles engendran totalidad por todas partes. Al conjunto de estos elementos inextricables e inesperados, les he denominado: “Todo-Mundo”.

Con estas palabras, la audiencia que le escuchábamos nos concentrábamos en los detalles precisos del filósofo, que con encantadores recursos oratorios abordaba el concepto de la diversidad como la nueva dimensión del mundo. Glissant habla siempre muy convencido de sus reflexiones y martillea su voz con brotes de gran optimismo.

 Interviene Glissant remachando…”Debemos acostumbrarnos a la idea que las variaciones de la relación-dependiente comienzan con los archipiélagos”. Que el conocimiento es errante, que va litera lmente de un sitio a otro, y que ello refuerza.

…”Sabemos que la criollización no es más que simple hibridación, el meeting-pot, la mecánica de los multiculturalismos…”

Continúa Glissant: Hay una alquimia viva de la criollización, que supera los mestizajes,…la criollización no es una mezcla uniforme en la que cada cual podría perderse, cuya máxima no imperativa se resumiría de esta manera: “Puedo cambiar, intercambiando con el otro, sin por ello perderme o desnaturalizarme”…

Es justamente, en este  momento de la conferencia que el publicó se apasiona, aplaude e intercambia con él, presentando la situación de Colombia y sus guerrillas, a reflexión pública y en voz alta, momento en que Glissant concluye: “Construir la paz tiene que ser la intención Y hacer que la Montaña llegue al Mar”

 Datos biográficos

Evocó las aguas del Caribe como un oleaje múltiple sembrado de identidades subterráneas. Habló de aguas nómadas venidas del África hasta nuestras aguas. Creó la metáfora de emanaciones de aguas brotadas de la montaña buscando las aguas del mar “sin masacres ni inundaciones” y deseó para nosotros un surtido de armonía y la liberación de todos los secuestrados de Colombia.

Tuvo tiempo de recorrer algunos escenarios del centro amurallado de Cartagena, probar el arroz con coco con pescado frito, ver bailar champeta, conversar con los jóvenes estudiantes de historia, lingüística y literatura de la Universidad de Cartagena, compartir con el historiador Alfonso Múnera los colores livianos y profundos del atardecer cartagenero y leer en las piedras de la ciudad una desoladora epopeya de sufrimiento y liberación.

Es autor de una imponente obra poética, narrativa y ensayística en cuyo conjunto se destacan Un campo de islas, La tierra inquieta, Fastos, La intención poética, Poética de la relación. El siglo cuarto, Mohogany y El lagarto. Esta última es una novela que le mereció el premio Renaudot. Fue director del Correo de la Unesco (1982-1988). Ha trabajado en la Universidad de New York. En su libro Discurso antillano recoge su visión sobre la historia del Caribe.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas