Globales y locales

Globales y locales

En los próximos años los gobernantes de los países pequeños tendrán que aprender a navegar entre escollos. La economía internacional confrontará tropiezos en Europa, en los EUA, en la China continental. Vladimir Putin, Presidente de Rusia, desafía a Europa y a los EUA, tanto en el campo energético como en el área monetaria. Ha ordenado acuñar monedas de oro de cinco rublos, al mismo tiempo que propone que los precios internacionales de los combustibles se expresen en oro y no en dólares norteamericanos. También se habla de que el rublo y el yuan se conviertan en “monedas de reserva” para el comercio mundial.

Los llamados países emergentes: Brasil, la India, Sudáfrica, se sienten capaces de zafarse del control del Fondo Monetario Internacional, (FMI). El Japón y la China no ocultan sus tensiones políticas en el Asia. Ambos países muestran los dientes de su poderío militar y agresivos planes de expansión comercial. Prolongadas guerras sin solución tenemos ahora: en Siria, Israel, Irak, Afganistán; los países “poderosos” no parecen tener el poder suficiente para intervenir decisivamente en ninguno de estos conflictos. En otros lugares del mundo existen riesgos de guerras sañudas, por motivos políticos o religiosos. Las visitas del Presidente Putin a países americanos parecen ser “forcejeos políticos territoriales”.

Algo así como decir: dejen ustedes de meterse en los problemas de Ucrania, pues yo podría descomponer algunas cosas en América Central y las Antillas Mayores. Esta situación entre los grandes países, mantiene en aprietos a las pequeñas naciones, dependientes de la “ayuda exterior” o del comercio de bienes primarios. La “injusticia internacional” reina en el mundo; y ningún “caballero andante” tiene la voluntad de “corregir entuertos”. Debemos contar con entuertos por un largo periodo.

En una época de globalización del comercio, los líderes de países pequeños tienden a convertirse en “internacionalistas”. Y olvidan a menudo las “cuestiones locales”. A un famoso novelista mexicano le atribuyen la frase: “no hay globalidad que valga sin localidad que sirva”. No hay modo de vivir que no sea “localmente”. Respiramos localmente, trabajamos localmente, comemos localmente. Deberán aprender a pensar globalmente y a administrar localmente. Nunca ha sido más importante que ahora la famosa “independencia alimentaria”. Comida y trabajo: dos asuntos fundamentales.

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