Globalización trae  oscuras reflexiones

Globalización trae  oscuras reflexiones

Por Chris Giles
En Londres
Los ciudadanos de los países ricos se sienten inseguros. Ven la globalización como algo que daña sus intereses, les preocupa el aumento de la desigualdad, no están impresionados por los que dirigen las mayores compañías y desean que los políticos hagan más igual el mundo.

Esos son los crudos resultados de la encuesta FT/Hall, que se aplica en cada país estudiado, ya sea Estados Unidos o el Reino Unido, con sus culturas económicas más liberales, o en las economías de Europa continental con políticas más controladas.

Los resultados abren el camino para que los políticos populistas ganen respaldo para su retórica anti-globalización y prometan un mayor control regulador sobre las economías de sus países.

Aunque la definición de “globalización” desafía a muchos expertos, las personas en los países ricos tienen pensamientos oscuros cuando escuchan el término.

En ningún país donde se ejecutó la encuesta más personas creen que la globalización esté teniendo un efecto positivo en sus países, que los que piensan que está teniendo un efecto negativo.

Gran Bretaña, EEUU y España se destacan con menos de una quinta parte de los que respondieron que consideran que la globalización resulta beneficiosa.

Puesto que la mayoría de los economistas cree que la globalización ha constituido un impulso para los resultados económicos de los países ricos al igual que los pobres, estos resultados son inquietantes.

Parte de la preocupación sobre la globalización es casi seguro el sentimiento de que la brecha entre ricos y pobres en sus países está creciendo.

Más de tres cuartas partes de los que respondieron en cada país, excepto España, piensan que la desigualdad está aumentando.

Las mayores recompenses ganadas por los ejecutivos corporativos no gustan al resto de la población en los países ricos. Solo en Italia hay una mayoría que dice que admira bastante o más a las personas que dirigen las mayores compañías.

En Gran Bretaña y EEUU están menos dispuestos a respetar a los jefes corporativos, con 38% de los entrevistados en el RU, que dice que no admira en absoluto a los que están a cargo de las compañías más grandes.

Y en todas partes, en Europa y EEUU, una gran mayoría apoya impuestos más altos para los que ganan más. Contrariamente a muchas preconcepciones, el apoyo más bajo a impuestos más altos s los ricos se produjo en Francia, donde un todavía considerable 52% está a favor.

Las diferencias nacionales también surgieron en muchas de las preguntas de la encuesta FT/Harris.

Una divergencia marcada surgió entre las evidencias y la impresión de la población en respuesta a una pregunta sobre si las personas tienen las mismas oportunidades para desarrollar su potencial.

Muchos estudios sobre desigualdad inter-generacional muestran que los niños de los pobres son mucho más probables que sean pobres en EEUU y el Reino Unido, que en las economías del continente europeo.

Pero es precisamente en los países anglosajones donde una proporción mucho más alta tiene la impresión de que el trasfondo social no importa tanto para las oportunidades económicas. 

Una fuerte diferencia transatlántica también es evidente cuando las personas debaten qué se debe hacer sobre los pagos altos de los ejecutivos.

En la mayor parte de Europa, casi dos tercios de las personas cree que los gobiernos deberían establecer límites a los pagos de los jefes de compañías, en comparación con solo un tercio en EEUU.

En Francia, España y Alemania las personas quieren que los gobiernos vayan más lejos. Muchas más personas creen que los políticos desempeñan un papel demasiado reducido en la economía de los que creen que el papel es muy grande.

En Italia, sin embargo, la mayoría cree que desempeñan un papel excesivo.

No obstante, los resultados no muestran que  la competencia entre los países sea totalmente negativa.

En Europa, una gran mayoría cree que la libre competencia deber ser uno de los objetivos de la Unión Europea. El mensaje está claro: el público quiere la competencia entre los países ricos, pero se sienten amenazados por los países emergentes.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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